El Festival Internacional de Benicàssim cerró las puertas de una vigésimo quinta edición repleta de artistas y horas de música en directo. La última jornada del evento dejó actuaciones como la del esperado grupo Vetusta Morla, que vino como cabeza de cartel del domingo, para derrochar su estilo indie rock. La actuación de los madrileños colmó de ritmo y emoción el escenario Las Palmas-Radio 3, repleto de «fibers» que no querían perderse a una de sus bandas favoritas.

Otra de las propuestas del día fueron Mueveloreina, que llegaron para hacer bailar al stage Thunder Bitch hasta sacudirse los sudores en lo que fue un espectáculo lleno de energía y calor, mucho calor; no sólo por el clima, sino también por tener al público entregado cantando y saltando de principio a fin de la cita. Además de alguna canción de lo que será su próximo disco «Carne», interpretaron sus himnos más señalados junto a unos «fibers» que estuvieron dándolo todo y coreando a los artistas sin cesar.

Por el mismo escenario también pasó el grupo Cupido, la formación de Pimp Flaco y los chicos de Solo Astra inundaron de sentimentalismo y sonidos pop el festival, siendo la boy band favorita del Thunder Bitch en el día de ayer. Sin escatimar en creatividad para la composición de sus letras, la banda dejó a los asistentes con las emociones a flor de piel, disparando sus flechas de romanticismo a cada uno de los corazones de los fibers que se encontraban bajo de la tarima bailando, entonando los temas del grupo y disfrutando del concierto con los «cinco sentidos». Finalmente, la guinda del festival la pusieron los artistas internacionales de techno Fjaak. Con sus ritmos electrónicos a medio camino entre el deep house y el techno, hicieron vibrar a un público eufórico que agotaba sus últimos cartuchos del aniversario del primer cuarto de siglo del FIB, antes de despedirse hasta la próxima edición.

El pueblo de los «fibers»

«Durante estos días Benicàssim es para los 'fibers' su propio pueblo», aseguró Silvia Herrera, zaragozana de 23 años de edad que lleva los últimos seis veraneando en el municipio castellonense, y añade: «Incluso las discotecas del pueblo cambian la música que suelen poner para acercarse al gusto de los asistentes al festival». Los «fibers», la mayoría de ellos de origen británico, transforman no solo el recinto de fiestas, sino también la realidad de todo Benicàssim, desde la playa hasta el corazón del pueblo. La hostelería se desdobla con menús en inglés y ofertas ya clásicas de festivales para acomodar a unos visitantes que se centran en patatas, pollo o pescado rebozado, arroz valenciano y paella, cerveza, sangría y, sobretodo, agua más que fría, según varios camareros tanto del pueblo como de la zona costera. El FIB llega a condicionar incluso instalaciones algo más alejadas, como el parque acuático Aquarama, tal como aseguró Daria María, trabajadora en el recinto desde hace varias temporadas, quien ha visto que «se nota un bajón de la clientela habitual, las familias del pueblo y alrededores saben la época que es y el ambiente que habrá, por lo que son días de menos trabajo».

Los asistentes afrontaron esta despedida con ganas de disfrutar al máximo hasta el último sonido del festival. De acuerdo con las declaraciones de los asistentes, para el año que viene esperan que pasen por el FIB artistas como Lori Meyers, Love of Lesbian, Paulo Londra, C. Tangana, Red Hot Chilli Peppers e, incluso, los más ambiciosos apuestan por cantantes de la talla de Imagine Dragons, BTS, Nicki Minaj o Kanye West para cabeza de cartel.

Los fibers saben que todavía es pronto para configurar la próxima edición, pero lo que sí tienen claro es que esto no es un adiós, sino un hasta pronto.

Descienden los asistentes al festival

El desembarco de los festivaleros en el FIB ha estado marcado este año, según fuentes de la organización y como han podido confirmar varios vecinos del municipio, por la caída del número de asistentes al festival, así como por la paulatina y tranquila llegada de éstos durante los primeros días de la semana. José Giovanny, propietario de un negocio de alimentación y venta de bebida, corroboró a Efe el «descenso» de «fibers» de la presente edición, algo que no implica, para el hostelero, que deje de ser una época «de más oportunidades a nivel de negocio para el pueblo, eso es algo que no cambia». Tampoco varía la facilidad con la que, si se pasea por la zona de playa o por la Avenida de Castelló, estos días los habitantes del Benicàssim se cruzaban con grupos cumpliendo los tópico: piel quemada, camisetas hawaianas y gorras de todos los tipos.