Adiós a Rafael Ventura Melià

«Rafa Ventura Melià és un escriptor molt conegut entre nosaltres des que es va incorporar al grup que animà la revista Gorg». La primera frase de la crítica de Josep Iborra en L'Espill sobre su novela Àmbit perdurable está escrita hace cuarenta años, en 1981 cuando ganó el Andròmina de los Premis Octubre.

Rafael Ventura Melià (Riola, octubre de 1947) fue encontrado muerto ayer en su domicilio de Ciutat Vella de València. Tenía 72 años y efectivamente era muy conocido en el mundillo cultural valenciano. Dedicó toda su vida a la escritura, primero como escritor y luego como periodista. Hacia días que sus amigos no le veían por el barrio y también había faltado a su colaboración quincenal con Levante-EMV desde que se jubiló. La noticia de su muerte conmocionó este periódico, al que pertenecía desde 1984, porque los periodistas no se jubilan nunca, aunque dejan de venir todos los días a la redacción, la complicidad sigue a través de llamadas, correos y encuentros casuales, en su caso siempre en actos culturales.

La última vez que se dejó ver en público fue precisamente el pasado diciembre en el acto organizado por Levante-EMV y el Institut Valencià de Cultura en la Filmoteca para el pase privado del documental de homenaje a Joan Monleón en el décimo aniversario de su muerte. Allí coincidió con muchos amigos. Algunos, como los de la tertulia diaria en el café de la plaza de la Reina, esquina con la calle la Paz, llevaban días sin saber de él, como Alfredo Solaz (el hermano del bibliófilo Rafael Solaz) que ayer ante las reiteradas ausencias y la falta de respuesta a los whatsapp acudió al domicilio de Ventura Melià, pero los vecinos de su finca y un comercio cercano donde siempre compraba ya habían alertado a las autoridades de su ausencia. Estaba muerto en su casa.

Rafael Ventura Melià -RVM como a veces firmaba sus artículos- había estudiado Filosofía y Letras en València y enseguida se inició en el periodismo, primero en la revista Albatros (1964) y luego en la mítica Gorg (1971) donde escribían los primeros seguidores de Joan Fuster como Alfons Cucó, Rafael Ninyoles, Enric Valor, Manuel Sanchis Guarner, Vicent Ventura, Amadeu Fabregat o Rodolf Sirera.

Formó parte de la redacción inicial de Valencia Semanal (1977-1980) que dirigió Amadeu Fabregat, su amigo y confidente durante muchos años. Un semanario que practicó el periodismo de investigación antes que adquiriera ese pomposo nombre y por el que pasó la primera generación de periodistas de la democracia valenciana.

Ventura se incorporó a Levante-EMV primero como colaborador y luego como redactor en la sección de Cultura, donde se especializó en cine y literatura. No hubo director, actor o guionista de la primera Mostra del Mediterránia al que no entrevistará. Tras su jubilación mantuvo sus colaboraciones con el periódico que consideraba como su casa.

Además de la novela proustiana Àmbit perdurable, publicó dos novelas más, Atzucac (1972) y La darrera tornada (1974). También los poemarios Corrents de fons (1976), Senyals de vida (1980) e Igual vol dir Itàlia (1982).

Colaboró como comisario en múltiples exposiciones, como la de Hemingway en la Beneficència en 1999. Fue un experto en la vida y obra del autor de Por quién doblan las campanas e impulsó paseos por los rincones favoritos del escritor estadounidense en València, ciudad que cita hasta en siete de sus libros.

El sabio Josep Iborra sostiene en aquel artículo de L'Espill que la escritura de Ventura Melià era de frases cortas y claras, con un estilo insolente, lírico y desconfiado. «Para escribir sobre la vida, primero debes vivirla», dejó dicho su admirado Hemingway. Rafa vivió mucho, por eso fue un excelente escritor y periodista.

El velatorio del periodista cultural se realizará en el Tanatorio Astruells de Sueca de 17 a 21h de este sábado. Ventura será enterrado mañana a las 12.30 horasen la iglesia de Santa Maria la Major de Riola.