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La plaza de toros de València lleva año y medio sin festejos. | LEVANTE-EMV

"Simón Casas es persona no grata en València"

Los aficionados valencianos critican "el desprecio y la desfachatez" del empresario francés después de no organizar la Feria de Julio por segundo año consecutivo

¿Dónde está la Feria de Julio?, es una pregunta recurrente entre los aficionados a los toros del Cap i Casal. La tristeza, la impaciencia y la decepción que sienten los principales representantes de la afición valenciana ante la escasa sagacidad, eficiencia y voluntad del empresario de la plaza de toros de València, Simón Casas, para dar toros se entiende como un juicio tan necesario como decisivo para el futuro del ruedo de la calle Xàtiva.

«La empresa no ha hecho los esfuerzos suficientes para hacer toros», asegura sin titubeos el presidente de la Unión Taurina de Abonados de València, Agustín Colomar. Este aficionado, que también tiene los abonos de las plazas de Las Ventas y La Maestranza, defiende que Simón Casas debería haberse reunido con la consellera de Sanitat, Ana Barceló, para lograr un acuerdo de aforo: «Con tres corridas de toros y una novillada en julio, hubiese estado bien. No pedíamos una gran feria porque entendíamos el gran coste que valía hacerla».

Asimismo, Colomar aclara que esos carteles tenían que haber estado preparados y, en el momento que hubiesen aceptado el 50 por cien de aforo -acuerdo que mantuvo el empresario francés con la Diputación-, presentarlos: «Por ejemplo, si no puede venir una figura o las ganaderías de las figuras porque son demasiado caros, hay muchos jóvenes emergentes que hubiesen dado lustre a la Feria de Julio», argumenta.

«Simón Casas es persona no grata en València por su desprecio y desfachatez a la afición. Debería irse por respeto y no entrar los próximos cuatro años junto a Nautalia como nuevos empresarios de nuestra plaza», concluye el presidente de la Unión Taurina de Abonados.

Respecto a los más de mil abonos de jubilados y jóvenes que no ha devuelto la actual empresa, cifrados en unos 110.000 euros, el artículo 35.3 del vigente reglamento taurino garantiza, según informa la unión de abonados, la devolución del importe pagado.

Es tanta la intensidad de la evasión de Casas que la plaza parece que tenga las vigas carbonizadas, las paredes calcinadas y los asientos rotos, como si no estuviera en su estado óptimo para acoger una feria taurina. Pero no, el coso de Monleón, incólume al tiempo, está en perfecto estado para ofrecer toros.

"Simón Casas es persona no grata en València por su desprecio y desfachatez a la afición. Debería irse por respeto y no entrar los próximos cuatro años junto a Nautalia como nuevos empresarios de nuestra plaza"

«La razón de no abrir la plaza es fundamentalmente económica», declara Francisco Roger, portavoz de la Tertulia Taurina del Ateneo Mercantil de València. Este vecino de Chelva, que no se pierde un festejo por Toros TV, aclara que el empresario francés tendría que haber hecho la Feria de Julio para que «los valencianos no perdieran su afición». Él defiende que en mayo, durante la festividad de la Virgen de los Desamparados, ya podrían haber dado toros: «Ahí teníamos la incidencia baja y hubiese sido una fecha idónea en nuestra ciudad».

En ese sentido, Roger explica que esa razón económica en la que se escuda para no dar toros se desvanece cuando «él y su socio de Nautalialicitan la plaza por casi medio millón de euros al año».

La gran paradoja de Simón Casas es que esa capacidad panorámica a la hora de organizar las ferias en plazas tan diferentes como Madrid, Nimes o Alicante delata la falencia más imperdonable en que puede incurrir un empresario taurino: la falta de festejos. Él ha dejado huérfana a la afición valenciana: «Creo que vamos a tener otra temporada en blanco», dice Ximo Morales, presidente de la Asociación de Abonados y Aficionados de València (Asabaf).

Este apasionado del toreo, que ha tenido que viajar a Madrid para ver toros, argumenta que «cuando vi que no hacían el certamen de novilladas sin picadores de principios de julio, entendí que tampoco iban a haber festejos este año».

«Casas se ha reído de toda la afición valenciana porque no hay derecho a este cierre tan largo cuando en sus otras plazas sí que ha habido toros», concluye Morales, quien espera que no suban el precio de las entradas ni abaraten los carteles del próximo año, «pero el gran desembolso económico del pliego lo compensarán de alguna forma».

Finalmente, el secretario autonómico de Seguridad y Emergencias, José María Ángel, que ha viajado hasta Castelló para ver toros, siente «un profundo disgusto» de que València no haya tenido toros: «Es un quiebra emocional porque ni en tiempos de guerra nos quedamos dos años sin festejos». Sobre el papel de Simón Casas, dice, lacónico, que «si no espabila, lo cogerá el toro» y lo define como «un don Tancredo porque se ha enrocado en sus ideas».

Ahora la fulgurante esperanza radica en octubre para abrir la plaza con urgencia. El calendario ya juega en contra pero la ilusión sigue más viva que nunca.

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