La última jornada de Truenorayo Fest sirvió de broche de oro para una edición muy especial. Aunque el festival no dejó de celebrarse en 2020, las restricciones de entonces cambiaban la experiencia, aunque no el espíritu festivo y reivindicativo del evento. Sin embargo, este año, con el aforo al 75% en base a la normativa vigente, tanto artistas como público trasladaban que volvían a vivir un festival "casi como los de antes", siempre teniendo en cuenta el distanciamiento social y el uso de mascarillas en la sala de La Mutant. A lo largo de sus tres jornadas, la octava cita de Truenorayo Fest se convirtió en un espacio seguro para las mujeres y la comunidad LGTBI+, siendo que el propio equipo del festival pertenece a estos colectivos, también la inmensa mayoría de las bandas que componen su cartel.

El sábado arrancó con la actuación de Twin, un trío que actuaba por primera vez al completo. El proyecto de la valenciana Ana López es puro magnetismo, con melodías hipnóticas y unas letras que conectaron con el patio de butacas desde el primero momento. Presentaron su primer EP, formado por cuatro canciones, y ofrecieron una versión de The Weekend. 

Siguió el post-punk de uno de los últimos fenómenos musicales valencianos, Semana Santa. Roser, Iván y Martín presentaron 'Diatriba', su nuevo EP, con diseño de Lucía Martí (Lucía Unplugged), y un catálogo de canciones políticas y críticas con el sistema. Cantaron contra la alienación y la manipulación de las élites y presentaron al público su último tema, 'Ideario'.

La ilustradora valencina África Pitarch pintando un mural en el festival. Organización festival.

Llegó el momento de Evripidis and his tragedies, compositor griego afincado en Barcelona que conquistó a la grada con su generosidad y sus movimientos libres sobre el escenario, pero, sobre todo, con sus mensajes. Explicó el sentido de cada canción, desde una sobre la "amargura" a otra en torno a la idea de normalidad, 'Kanonikotita', esta última, una letra que compuso hace años a raíz de unos crímenes homófobos en su Grecia natal.

En su turno, Bratty, entusiasmó al público con su timidez y a la vez contundencia a la hora de explicar y transmitir el sentido de sus composiciones. Empezó con uno de sus temas más populares, 'Todo bien', y dedicó la canción 'Lejos' a su novia, con la que le esperan unas semanas en la distancia. La mexicana, que está por primera vez de gira por España, contó con Lucas de Laiglesia de Confeti de odio como bajista, y con Yawners en la batería, y destacó lo feliz que le hacía estar en un festival "organizado por morras, como en México llamamos a las chicas".

El huracán llegó con Javiera Mena, cabeza de cartel del festival y la encargada de concluirlo. Con su electropop selló una edición para el recuerdo. Repasó algunos de sus éxitos más aclamados, como 'Otra era', y versionó al piano 'Mujer contra mujer' de Mecano, una canción que dedicó "a todas las lesbianas". Acompañada de su banda, formada por otras dos mujeres, se dejó la piel ante un público al que, incluso con mascarillas, se notaba con una sonrisa permanente. 

Ruptura de tabúes (y estigmas) el viernes

El viernes hubo propuestas musicales locales, como Luna Valle, y de puntos de España como Granada, de donde son Las Dianas, que por primera vez salían a tocar fuera de su ciudad, o los madrileños Aiko El Grupo. Sobre el escenario de La Mutant se escucharon canciones que reivindicaban a la letra B del colectivo LGTBI+ un día después del Día Internacional de la Bisexualidad, así como otras visibilizaban a las personas menstruantes.

Empezó la valenciana Luna Valle, que recreó la intimidad de su habitación en el escenario y dio rienda suelta a una verdadera performance que trascendió las convenciones de los conciertos para elevarse a una propuesta artística interdisciplinar. De hecho, es la cofundadora de Okuparte, un "movimiento okupa de arte joven". En su actuación, de fondo se proyectaban vídeos caseros y escenas de películas románticas de los 90, como ‘Notting Hill’, y leyó el poema ‘Las cosas del querer’ del libro ‘Eterno anochecer’. Alternó guitarra acústica y eléctrica y a su repertorio de canciones sumó su propia versión de ‘Fuentes de Ortiz’ de Ed Maverick.

Siguieron Las Dianas, el quinteto granadino que agitó el ambiente con sus letras y sonidos. Tuvieron canciones para “los grupos de tíos que te miran por encima del hombro”, la pandemia y la bisexualidad, así como sobre la sororidad femenina, con la frase “Julia, no te vayas con él”, que coreó el público emocionado. Juntas desde que tenían 15 años, la banda, que hizo su propia interpretación de éxitos de Bad Gyal, se despidió versionando a Julieta Venegas con ‘Me voy’. “Qué bien ver bandas de tías que sirvan de ejemplo a las niñas del futuro”, se escuchaba entre la grada.

Con Aiko El Grupo, siguieron las reivindicaciones feministas. El cuarteto madrileño arrasó con sus letras sinceras y en ocasiones rabiosas, aunque siempre irónicas y reveladoras. Se vivieron grandes momentos con ‘Si me conoces tanto (¿por qué me haces sufrir?)’ y ‘Arroz con ketchup’, que dedicaron a “los seres menstruantes” en un manifiesto que pretende romper los tabúes alrededor de la menstruación. “Hervir, llenar y vaciar la copa menstrual. Otra vez a rebosar, otra vez a rebosar”, cantaron.

A continuación llegó el turno de El Último Vecino, banda que generó unas vibraciones optimistas y festivas en el público, con el que conectó tanto arriba como abajo del escenario, cuando se acercó a varios grupos de asistentes a transmitirles que había sido su mejor concierto. A Gerard Alegre, líder de la formación, desde hace poco se suma el alicantino Ares Negrete, siendo la segunda vez que actuaban juntos. Con 'Una Especie de Costumbre' sellaron uno de los momentos más especiales de la noche.

La jornada concluyó con Cariño, formación que en 2018 visitó Truenorayo Fest como una apuesta de futuro del festival, ya que en ese momento Paola, María y Alicia se empezaban a dar a conocer gracias a la viralización de su sencillo de lanzamiento, 'Canción de Pop de Amor'. Esta vez volvían como cabezas de cartel de la primera jornada, habiéndose convertido en estos años en esenciales de los nuevos códigos de la música pop nacional. El público se exaltó con sus éxitos más recientes, ‘Excusas’ y ‘Modo avión’, su tema con Natalia Lacunza.

A lo largo de estas dos jornadas musicales, los dúos Mujeres Bellas y Fuertes Djs y Chico & Chico Djs se instalaron en el patio de La Mutant para amenizar el tiempo entre conciertos. Además, la ilustradora valenciana África Pitarch realizó un mural en vivo a lo largo del festival que recibió mucha expectación y se convirtió en un improvisado photocall.

Por su parte, la jornada inaugural, celebrada el pasado jueves, sentó a agentes del sector musical a trazar una hoja de ruta para la recuperación tras la pandemia y a ilustradores que defendieron su papel en las ciudades a través de la cartelería. Arte y reivindicación, los dos ingredientes esenciales de este festival independiente, liderado por un dúo femenino y formado por un equipo enteramente de mujeres, que se despide hasta el año que viene.

Truenorayo Fest es un festival que nació con el propósito de convertirse en una cita anual en el calendario nacional de festivales difundiendo la música y la ilustración nacional e internacional. En 2021 celebra su octava edición. Se caracteriza por potenciar la música como plataforma de difusión cultural reivindicando el papel de la mujer y del colectivo LGTB+ como rol activo de la música, no solo como artistas sino también como equipo técnico, profesionales de la producción y en los principales puestos de dirección. En su cartel conviven artistas de primer nivel, tanto nacionales como internacionales, con bandas jóvenes y emergentes para poder dotar a estas de referentes, apoyo y oportunidades para poder desarrollar su carrera.