La Marina reunió ayer a los principales gestores museísticos de la ciudad para debatir el futuro de su propio espacio expositivo, La Base donde ahora cuelga la colección de Vicent Madramany que se puede ver en su museo de Perpigñán. Allí entre cuadros de Boix, Heras, Armengol y Chapa se reflexionó sobre los criterios que deber regir futuras iniciativas, manifestaciones y actividades artísticas junto al Veles e Vents. Todo desde la perspectiva que La Marina quiere sumar como centro de arte, no competir, por eso convocó al IVAM, Bellas Artes, Centre del Carme, La Nau y Ayuntamiento de València.

Además de las propuestas sobre lo que puede llegar a ser el centro de La Marina, se pudieron escuchar diversas opiniones sobre la forma de gestionar un museo. José Luis Pérez Pont, director del Centre del Carme Cultura Cotemporània (CCCC) opina que él, como director, no posee la razón absoluta.

«Recibí criticas porque pedía criterios de otras personas. No me interesa el tipo de dirección unipersonal», explicó. Pérez Pont añadió que prefiere contar con el asesoramiento y la opinión de los agentes culturales y sociales. «Está bien escuchar otras voces. Trabajamos con la ciudadanía y para la ciudadanía», y añadió que él aboga por un planteamiento democrático de la dirección museística.

Por su parte, y respondiendo a Pérez Pont, Pablo González Tornel, director del Museo de Bellas Artes de València defendió la figura del director como imprescindible. «Creo que el papel de las direcciones es brutal. Para que todo funcione se necesita una persona que establezca una dirección. Decidir que vas a escuchar a 10 personas diferentes ya es una decisión, un criterio de director», respondía. Y añadió una reflexión sobre la importancia que es dotar de personalidad a un centro de arte. «Hay que decidir cuál es la personalidad que va a tener la institución de aquí a cinco, diez o quince años. A partir de ahí se construyen los sistemas que haga falta alrededor», sentenció.

Josep Salvador, comisario y conservador del IVAM abogaba por la unidad y el trabajo en equipo como base para crear una institución que tenga éxito. Recordó que, en el IVAM, «un ayuntamiento, una diputación y un gobierno autonómico empujaron en la misma dirección», y añadió: «Este espacio de La Marina necesita lo mismo».

La Base

Maite Ibáñez, consellera de Acción Cultural del Ayuntamiento de València, aseguró que La Marina tiene un gran potencial, donde tenga cabida «la producción local, internacional, relacionada con las nuevas tecnologías».

Esther Alba, vicerrectora de la Universitat de València y responsable del Centre Cultural La Nau añadió la necesidad de plantear los objetivos, y aportando la idea de crear «un espacio polivalente, multidisciplinar, que pueda dar respuesta a esas necesidades de la ciudad», afirmando que La Base puede proporcionar un espacio para todo tipo de artistas. «Un espacio necesario», sentenció.

Pocas veces ha habido tanto consenso entre los agentes institucionales de València.

Una lugar con personalidad para fomentar las sinergías culturales

La amplitud del espectro artístico, sus disciplinas, estilos y temáticas plantean desafíos a la hora de programar actividades o impulsar manifestaciones culturales en espacios de uso y gestión pública que no estén directamente relacionados con la divulgación del arte.

La conversación en La Base de La Marina transcurrió entorno a tres pilares fundamentales que los tres expertos en el ámbito museístico, Pérez Pont, Josep Salvador y González Tornel, pusieron de relevancia a la hora de establecer unas bases sobre las que actuar.

La primera, es que la institución del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana es en sí mismo una red de museos valencianos. Un lugar en el que encontrar sinergias, imprescindibles para llevar a cabo la labor de difusión cultural.

La clave está en dotar de personalidad a un espacio que todavía no la tiene. Un espacio que reune muchas posibilidades muy diversas. Una vez establecida, habrá que actuar en consonancia y enfocar los esfuerzos hacia la misma dirección. Para ello, tal como aboga Pérez Pont, es importante contar con el punto de vista de los actores sociales y culturales. Cabe añadir el punto de Josep Salvador de que las instituciones en su mayoría deben remar para que este espacio salga adelante con la personalidad que decida adquirir.