Leonard Bernstein dedicó su talento a romper barreras políticas y musicales. Considerado como uno de los grandes maestros compositores y directores de orquesta del siglo XX, el autor de ‘West Side Story’ y director de la Orquesta Filarmónica de Nueva York no tenía ningún miedo en definirse en pleno macartismo como socialista ni a validar a los Beatles o Brian Wilson entre los grandes creadores musicales de todos los tiempos. El próximo jueves 3 de marzo el Palau de les Arts estrena ‘Trouble in Tahiti’, una ópera en la que en apenas una hora Bernstein logra unir esa fascinante capacidad de fusionar clasicismo y música popular con la necesidad de convertir la escena en un espacio de crítica y combate.

Así lo ha señalado esta mañana el director valenciano Jordi Francés, que conducirá por primera vez a la Orquestra de la Comunitat Valenciana en esta producción de la Dutch National Opera que podrá verse en la sala Martí i Soler con las entradas a 35 euros. «Es una obra muy ágil y fresca, una ocasión ideal para que el público más joven pueda encontrarse con el gusanillo de la lírica», ha explicado por su parte el director artístico de Les Arts, Jesús Iglesias.

‘Trouble in Tahiti’ es una ópera ágil y fresca pero, cuidado, ha advertido también Jordi Francés, porque «Bernstein es un compositor con el que nada es lo que parece. Todo fluye de manera muy natural y sencilla pero realmente es muy complejo. Por eso Bernstein es un compositor tremendamente moderno».

‘Trouble in Tahiti’ cuenta la historia de Dinah y Sam -interpretados por Laura Orueta y Alejandro Sánchez, ambos alumnos del Centre de Perfeccionament-, un infeliz matrimonio acomodado y suburbano inmerso en una crisis sentimental que les lleva refugiarse en el materialismo consumista y febril propio del estilo de vida americano de la década de los 50. En definición de Iglesias, esta ópera en un acto y siete escenas que el músico norteamericano estrenó en 1952 es «un retrato de las miserias y carencias del sistema capitalista al compás de su música, genuinamente estadounidense, arraigada en el jazz y los musicales de Broadway».

El peso «contemporáneo» de la partitura compuesta por Bernstein lo lleva un trío de jazz que, a modo de coro griego ataviado de payaso, va narrándole al espectador lo que ocurre en escena e interviniendo en las discusiones «líricas» que mantienen Dinah y Sam. A nivel argumental, ‘Trouble in Tahiti’ sobrepasa el concepto tradicional de ópera para acercarse al teatro realista norteamericano de la década de los 50, al terreno que pisaban dramaturgos como Tennessee Williams o Arthur Miller.

«Por eso es una obra que no ha perdido vigencia», subraya el director escena de reposición Carlos Martos de la Vega. El desmoronamiento de la pareja se cuenta a través de los ojos del hijo adolescente de Dinah y Sam, que es quien acaba sufriendo realmente la crisis de sus padres en un tipo de conflicto que supera cualquier época: «Es una obra actual, porque también habla de la actual generación de jóvenes de12 o 13 años se inician ya en el botellón o tienen impulsos suicidas».

El montaje que llega este jueves a Les Arts es obras del estadounidense Ted Huffman, un director de escena que plasma en sus trabajos a partir de una estética teatral y visual moderna que ya demostró en Les Arts con la chispeante producción de Les mamelles de Tirésias, interpretada también por los integrantes del Centre de Perfeccionament en 2019.

En "Trouble in Tahiti", Huffman juega hábilmente con las amables y jazzísticas melodías del compositor de West Side Story en un ejercicio de crítica al materialismo desorbitado del llamado sueño americano, situando a los protagonistas en una piscina vacía donde cabe todo cuanto uno ansía comprarse en esta vida. La Orquestra de la Comunitat Valenciana acompaña desde el foso al elenco de la nueva promoción del Centre de Perfeccionament.

Como novedad para estas funciones en Les Arts, al comienzo de la función se interpretan el prólogo y el postludio del Scto I de 'A Quiet Place', secuela de esta ópera compuesta también por Leonard Bernstein, estrenada en 1983, a modo de premonición del futuro que espera a los protagonistas, 30 años después, tras la guerra de Vietnam.