José Luis Gómez se convierte en un juglar del siglo XXI en «Mio Cid»

El actor, director y académico actúa mañana en una función única en el Teatro Principal

El actor José Luis Gómez pone voz y cuerpo a «El cantar de mio Cid».

El actor José Luis Gómez pone voz y cuerpo a «El cantar de mio Cid». / Levante-EMV

Begoña Jorques

Begoña Jorques

La voz profunda y contundente de José Luis Gómez, esa que dan los años de experiencia sobre las tablas de los mejores teatros de España, resonará mañana en València. En una función única, en todos los sentidos, el fundador del Teatro de La Abadía pone en pie en el Teatro Principal «Mio Cid», un espectáculo que devuelve al Cantar de mio Cid su verdadera naturaleza.

Como ya avanzó a Levante-EMV él mismo, «he tenido que resucitar la técnica de la juglaría para poder afrontar el trabajo», explica. A lo largo de seis meses ha tenido que estar formándose Gómez (Huelva, 1940) en la declamación en castellano antiguo para ser voz y cuerpo del mayor poema épico de la literatura hispánica. El Cantar de mio Cid es un poema anónimo, de tradición oral, dividido en tres cantos, que narra las hazañas acontecidas a Rodrigo Díaz de Vivar en el siglo XI. 

Recuerda Gómez a este diario que el juglar de hoy serían los actores, pero en siglos remotos no era así. «El juglar tenía que transitar con rapidez de un suceso a otro, de un personaje a otro. Su trabajo tenía que ser de pinceladas gruesas, rápidas y precisas, como la de un pintor impresionista y tenía que apelar continuamente a la emoción. Tenía una doble función: la de narrador, que después desembocaría en la novela, y la de comediante, que desembocaría en el teatro», sostiene.

El montaje de Teatro de La Abadía recupera la esencia del poema épico de las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar

El público que tenga mañana la fortuna de disfrutar de su actuación verá un espacio minimalista. Gómez se acompaña sobre las tablas de un piano «que no suena como un piano», en palabras del propio Gómez. El universo sonoro de esta producción llega al plano físico que evoca el tiempo del Cid. «La pianista extrae sonidos brutos, como golpes o acordes destemplados porque Mio Cid huele a sudor, a caballo, a cuero, a acero, a montura de caballo», avanza el actor.

La pasión por la escena y la lengua se personifican en esta obra en la figura de José Luis Gómez quien no duda en asegurar que «donde mejor se emite la lengua de un país es en el teatro». Y él la defenderá en el Principal como un auténtico Cid.