Entrevista | Ferran Torrent Publica 'Memòries de mi mateix' (Columna)

"No creo que escriba mis memorias"

«Es una novela sobre el destino de como una pintada acaba siendo una tragedia»

Ferran Torrent en las escaleras del Ateneo Mercantil.

Ferran Torrent en las escaleras del Ateneo Mercantil. / FRANCISCO CALABUIG

Joan Carles Martí

Joan Carles Martí

Hoy llega a las librerías la última novela de Ferran Torrent, Mèmories de mi mateix, donde a través de la historia de los orígenes del Mítico Regino, un personaje que copia los cuadros que el Messié le proporciona, construye una trama internacional sobre la falsificación de arte.

Ferran Torrent (Sedaví, 1951) está en forma. Física y literariamente. Después de más de veinticinco libros de éxito, publica una de las mejores tramas de su producción, con personajes conocidos y la fuerza del protagonista, un falsificador de arte. El escritor sigue igual de humilde, pero aunque se le insista que es uno de sus mejores relatos, lo máximo que admite es un «estic satisfet».

¿Memòries de mi mateix es una de sus mejores novelas?

Cuando vas escribiendo la novela tienes sensaciones y cuando la acabas dices: «lo que quería hacer está hecho». Pero esto no es ciencia.

Se nota muy trabajada.

Mucho.

Por primera vez juega con la narración en primera y tercera persona.

Incluso hay una página y media en segunda persona. 

¿Un Ferran Torrent más maduro, literariamente?

No sé cuando uno es más maduro, aunque siempre no tienes buenas historias. Soy un fan de los falsificadores, supongo que habrá gente agraviada, pero para mí son artistas.

Un falsificador de arte en el ecosistema habitual de Torrent: València, corrupción, antifranquismo y periodismo.

Todavía no tengo una idea exacta de la novela que he hecho, algo que me suele pasar en novelas complejas como Societat limitada, Bulevard dels francesos... Enseguida me llamaron de la editorial y eso es buena señal.

¿Por qué ahora un falsificador de arte?

Imaginemos que hubiera un Picasso aquí donde hablamos, lo estuviéramos mirando, y de repente viniera uno por detrás y dijera: «eso lo he hecho yo». Entonces tu percepción cambia. Me fascina lo que tiene de tramposa la percepción. Me invento que los pintores intentan destruir sus primeras obras.

¿Por qué?

Creo que a los pintores no les gustaría que se vendieran sus primeras obras.

"A la política valenciana le falta muchísima imaginación. Tampoco se adelantan nunca a los problemas, porque no tienen mentalidad empresarial"

¿Ese salto en el tiempo de los sesenta a la actualidad?

No tengo mucha memoria de los sesenta, porque los confundo y eso que en el 65 tenía catorce años.

¿Habrá cambiado su percepción sobre València?

No tiene nada que ver. Estuve veinte años saliendo todas las noches. Era muy agradable porque había mucha oferta y poca demanda. Los que salíamos nos conocíamos, y cuando llevas veinte años acabas conociendo mucha gente. 

¿Ahora no sale tanto?

Por la noche no, porque luego no duermo.

Aquella València canalla sale de forma tangencial en Memòries.

Te tienes que centrar en la trama, por eso hay una descripción de la València nocturna durante el franquismo a través del falsificador, que le interesa entrar en la ‘high society’ valenciana para ver las pinacotecas y poder falsificar. Es una novela sobre el destino y la amistad. El destino de una cosa tan idiota como una pintada acaba siendo una tragedia. Un tío se topa con que su padre le pide ayuda para falsificar clandestinamente, después se dedica a la falsificación. 

Qué nadie espere otra novela sobre la corrupción. Aunque algunos de sus personajes anteriores ahora están de actualidad.

Vaya que sí.

¿Se lo hubiera imaginado?

No. Además, si lo hubiera sabido no los hubiera sacado porque uno es un amigo y ha salido en todos los periódicos. En mi vida pensaba que pasará nada veinte años después.

¿Cómo ve la actualidad política valenciana?

Falta muchísima imaginación. Tampoco se adelantan nunca a los problemas, porque no tienen mentalidad empresarial.

Ha dicho siempre lo que ha querido. ¿Le ha ido bien?

No he tenido problemas. Hago vida en mi pueblo con gente que trabaja desde los diez años y sé la vida que tienen. Me considero un novelista social con mucho humor.

¿Solo nos queda el humor?

Es imprescindible. Los que hemos pasado por momentos delicados lo sabemos, valoramos más el día a día, porque el destino está ahí para bien y para mal.

Ferran Torrent en el Café del Rialto

Ferran Torrent en el Café del Rialto / FRANCISCO CALABUIG

¿Estamos rodeados de falsedades?

No he pensado en eso, en la novela. En mis novelas está muy presente el sentido de la amistad, de la solidaridad.

Y la justicia.

Sí, pero no la ley.

¿Qué es la justicia?

Lo lógica. ¿Es normal que un padre con hijos y en paro robe? Sí, pero la ley lo condena si lo pilla. ¿Hubiera sido justo pegar un tiro a Hitler? Es un asesinato, pero sí.

¿El título de Memòries de mi mateix?

Siempre tengo el título de la novela pensado, pero en esta no y empece a buscar hasta que llegó Memòries de mi mateix y al editor no le gustaba. Pero me hacía gracia la aliteración de la ‘m’.

¿Por eso pone ‘novela’ debajo del título?

Sí. El otro día me encontré con la librera de Fan Set y me dijo que ya le estaban preguntando por mi autobiografía.

¿Escribirá sus memorias?

No creo.