Rafael Alcón: "Las obras no deben estar escondidas como joyas para que las hereden los nietos"

"Joaquín Sorolla es el ADN de esta fundación"

El presidente Rafael Alcón, en su despacho de la Fundación Bancaja.

El presidente Rafael Alcón, en su despacho de la Fundación Bancaja. / Miguel Ángel Montesinos

Begoña Jorques

Begoña Jorques

El próximo mes de noviembre hará 10 años que Rafael Alcón está al frente de la Fundación Bancaja, los mismos que la entidad celebra tal y como la conocemos hoy, como una institución sociocultural, que dejó atrás su pasado como caja de ahorros. Una «mochila» que, explica Alcón (Castelló), ha logrado vaciar de los prejuicios con los que comenzó su andadura hace una década. Hoy es una institución capaz de exponer al mismo tiempo a Jaume Plensa, Juan Genovés y Fernando Botero. Sin olvidar a Joaquín Sorolla, «el ADN de la fundación» y Picasso, de quien tienen la mayor colección privada europea de grabados y linóleos.

¿Qué balance hace de estos 10 años?

Al final del último trimestre, en concreto el 22 de noviembre, celebramos nuestro décimo aniversario con un balance sorprendente y favorable. Cuando entramos a esta nueva fundación, había un banco detrás. Ese aspecto era vital. Imagina lo que representaba mantener esto sin un banco, pero gracias a nuestro compromiso estamos hoy donde estamos y estamos muy orgullosos.

¿Y cómo se sustenta una fundación como esta?

Magia no hacemos. Cuando llegamos encontramos una figura importante que era el Monte de Piedad. Hoy ya no se llama así, sino Credimonte. Era una fuente importante de ingresos que cubría un alto porcentaje de lo que necesitaba la fundación para su mantenimiento. Todo el posible beneficio de lo que nos da revierte a la sociedad. Todo lo que se hace aquí, tanto lo cultural como lo social, proviene -entre otros eventos- de esos antiguos Montes de Piedad. Además, hay otra fuente y es que antes esto era un búnquer, hoy esta abierto al alquiler de espacios. También está la gestión de exposiciones. Esas son las fuentes de ingresos y no puedo olvidar el apoyo puntual que tenemos en temas social con CaixaBank.

¿Qué supuso dejar de ser un banco?

Eso fue muy importante. Las mejores colecciones privadas están en los bancos. La gran colección de Fundación está en sus orígenes cuando tenía un banco detrás. Podemos hablar de unos 3.000 obras.

Hace poco en este mismo edificio se podía visitar tres exposiciones de primer orden: Jaume Plensa, Juan Genovés y Fernando Botero. Se han convertido en, quizás, el centro cultural más potente de la ciudad.

Eso lo debe decir la sociedad. Pero estamos contentos y satisfechos de los resultados. La gente cree en nosotros. Somos un buen centro cultural.

Ahora hay que mantener el listón. Muchos creen que es fácil llegar, lo difícil es mantenerse.

Mantener el listón no es fácil, pero ese era nuestro reto. Era un proyecto muy complicado, podía haber salido bien o fatal. Ha salido bien gracias a nuestros pilares: gestión, trabajo y humildad. Hecho eso, creímos nuestra apuesta. Estamos en una situación mas que satisfactoria.

De todas las exposiciones que han hecho, ¿cuál le ha resultado la más compleja?

Complejas son todas, fácil no hay nada. Traer obra de primer nivel es muy difícil y no es lo mismo hoy que somos reconocidos que cuando empezamos, que veníamos con un nombre que en ciertas entidades culturales creaba cierta desconfianza. La recuperación reputacional no ha sido fácil, ha sido un proceso largo y costoso. Al principio, dependía de a quién se lo pedías, te lo facilitaban mejor o peor. Las primeras exposiciones tenían una gestión más complicadasy eso que no eran tan potentes como las de ahora. Entonces llevábamos la ‘mochila’ reputacional. Incluso hoy, habiendo demostrado lo que hacemos, no es más fácil.

¿Algún nombre en concreto?

Por la complejidad de los artistas, diría que la exposición de Chillida y Oteiza, que hicimos no hace mucho. Fue difícil porque era increíble que nadie -salvo nosotros- tuviera fe en que fuera posible, sobre todo cuando la itineramos al País Vasco. Allí creó una revolución. Nos felicitaron porque pensaban que sería imposible unir a esos dos artistas.

El presidente ha de tener mucha mano izquierda.

¡El presidente ha de tener mano izquierda hasta en su casa! (ríe). La gestión engloba muchas cosas y entre ellas es tener mano izquierda.

¿Dónde albergan esas 3.000 obras?

En una planta destinada a almacén de obras, con peines y de altísima seguridad. Pero si recorres el centro ves que hay mucha obra expuesta, hasta en el hall. Esto se ha hecho para que se expongan las obras, que no tienen que estar escondidas como las joyas de la abuela para que la hereden los nietos. Estas obras son de todos y están para que se disfruten y se puedan ver. Nosotros acogimos otro cambio y que era exponer todas las obras. Vamos a acometer algunas adaptaciones en el edificio para colocar más obra, que quien circule ande entre obras de arte. Quizás por deformación profesional [Alcón es arquitecto], para mí es muy importante.

¿De qué adaptaciones se trata?

Es una pequeña remodelación en la zona de La Cúpula en nuestra sede, donde se exponen obras de arte contemporáneo internacional de la colección de la Fundación Bancaja, que pondrán al alcance del público más obras de esta parte de los fondos artísticos.

Estamos en pleno Año Sorolla. ¿Qué supone el pintor para la Fundación Bancaja?

Es el ADN de esta fundación. La anterior fundación ya era prosorolla. Las obras que tenemos es del antiguo banco. Todos recordamos en 2007 la excelsa exposición «Visión de España», que recorrió todo el país y fue la consagración a niveles no tan técnicos de Sorolla en todos los aspectos. Y seguimos con Sorolla. No ha pasado un año sin una exposición de su obra. Hemos tenido gran gestión y buena relación con entidades y museos que disponen de su obra, nos complementamos, sobre todo con el Museo Sorolla. No digo que seamos sus socios, pero sí aliados que nos necesitamos y nos va muy bien.

Tener a Blanca Pons Sorolla, bisnieta del pintor, en el patronato también ayuda.

Sí y no solo para que nos cedan obra sino por el criterio y conocimiento que tiene como experta de la obra de Sorolla. Nos ayuda a tener otra visión, a tener más conocimiento para saber qué cuadros pedir. Para tener una exposición excelente ella es un factor muy importante.

Hablando de Sorolla, se ha tardado demasiado en comunicar las actividades por su centenario.

No conocemos la interioridades. Evidentemente ha tardado mucho y, de hecho, nosotros comenzamos paralelamente nuestra celebración.

Además de «Sorolla en negro» para mayo, la pasada semana anunciaron una importante exposición inmersiva con obra real para el próximo otoño.

Ese proyecto ya lo veníamos trabajando mucho tiempo. No es casual que sea en esas fechas, sino que será en la misma época en la que nosotros celebraremos nuestros 10 años. Celebrar los 10 años con Sorolla es por algo, porque nos sentimos unos enamorado del pintor.

¿Qué me puede contar de esa exposición?

Que vendrán obras de la Hispanic Society. En esta tardanza he visto mucha confusión y queríamos aclarar que vamos a estar y se va a hacer aquí. Del contenido solo te puedo decir que será lo mejor de lo mejor que se pueda ofrecer. En esa exposición todo gira en torno a la obra real. Si quieres conocer a un artista hay que analizarlo en su propia obra, aunque no hay que darle la espalda a las nuevas tecnologías.

¿Cuántas obras de Sorolla tienen y cuál es su predilecta?

Tenemos 15 obras y mi favorita es Triste herencia, la mía y la de cualquier entendido de Sorolla. Es una obra impresionante que ha recorrido medio mundo. La gente se queda delante emocionada, hay quien incluso llora. Conseguir eso en un lienzo es muy difícil.

La Fundación Bancaja se ha convertido en lugar de paso obligado para conocer la obra de Sorolla.

Convivimos todos. Apostamos en su día por alguien, que eran Sorolla y Picasso. No es que nos hayamos hecho imprescindibles, pero conocemos bien la obra del artista, tenemos los contactos y es bueno que los demás reconozcan nuestra área.

"Al principio no nos cogían el teléfono y ahora nos llaman; es el resultado de diez años de gestión"

"La cultura es para ir dando un paseo" dice sobre el ‘vecino’ Centro de Arte Hortensia Herrero 

Begoña Jorques

¿Cómo es la relación de la Fundación Bancaja con las demás instituciones y museos valencianos?

Mi relación y la de la Fundación con las entidades es excelentes. No tenemos ningún tipo de conflicto. 

Dentro de poco tendrán una nuevo «vecino». A pocos metros de esta plaza de Tetuán, en la calle del Mar abrirá sus puertas el Centro de Arte Hortensia Herrero.

Con ellos tengo una gran relación y cuando lleguen seguirá siendo buena. Seremos vecinos y eso será muy bueno para ambas partes. Hay ciudades en las que los museos van continuos, y eso funciona muy bien porque el turista tiene un recorrido cultural fácil. Esto no es un campo de golf. La cultura no es para ir en coche, sino dando un paseo. Harán, estoy seguro, un edificio maravilloso y tienen una buena colección. Luego esta el gestionar un centro cultural... Nos vamos a apoyar, como no puede ser de otra forma. Es nuestra intención.

¿Cuida València a sus mecenas?

No, así de claro. En España falta una ley de mecenazgo. Si se hace, que sea como toca, no por tapar algunas bocas y hacer algo que no sirve para nada. En EE UU da gusto. Allí esto no se llamaría Fundación Bancaja, sino que llevaría el nombre de quien done. Me da igual como se llame, lo que me importa es poder gestionar una colección magnífica y poder adquirir más obra. A día de hoy eso no existe.

¿Cómo gestionan la compra de obras?

Cuando salimos del bucle hace 10 años lo que menos se nos ocurría era comprar. Potenciamos los montes, que no dejan de ser un tema social. Hoy esas pequeñas reservas están muy por encima de lo que hicimos. Eso es gestión y, cuando vemos que funciona, decidimos ampliar obra, pero no comprar de 100 en 100. Compramos bien y calidad, nos asesoramos con profesionales. Al principio no te cogen el teléfono y luego te llaman, ese es el resultado de estos 10 años de transformación. 

¿Suelen recibir donaciones?

Más que ellos, las hacen sus familiares, una vez ha fallecido el artista. A veces, el propio artista indica a su familia que le gustaría que su obra continuara en una fundación o museo.

La Fundación Bancaja es la mayor coleccionista privada de grabados de Picasso. Estamos también conmemorando los 50 años de la muerte del pintor malagueño. ¿Qué tienen preparado?

Nosotros estaremos presentes, pero no puedo decir cómo. Tenemos suficiente obra para hacer una exposición. Si queremos hacer una exposición solo tenemos que decir «hágase». Podríamos hacerla ya, pero no nos comamos toda la tarta de golpe. 

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