MÚSICA CRÍTICA

MAESTRO Y CÓMPLICE

MAESTRO Y CÓMPLICE

MAESTRO Y CÓMPLICE / José Doménech

José Doménech

Resulta sorprendente cómo puede transformarse el sonido de un instrumento musical según quién controle el teclado del piano o el arco de las cuerdas. El gran Pinchas Zukerman (Tel Aviv, 1948) es un artista venerado por el público valenciano y así lo recibió el Auditorio de Les Arts al completo. Es por eso que la Orquesta de València sorprendió muy gratamente, desde el Egmont Op.84, de Beethoven, por una frondosidad sonora poco habitual, fruto de los ensayos del maestro israelita.

Es Zukerman un violinista -y violista- superlativo en el ranking mundial, a caballo entre los maestros del pasado como Ysaye, Enesco, Oistrakh, Szeryng o Menuhin y las generaciones últimas representadas por Mutter, Repin, Bell o María Dueñas. Sabe extraer todas los brillos posibles a su Guarnieri del Gesú de 1743, con una pulcritud técnica paralela a la nobleza de su sonido el cual proyecta con absoluta naturalidad, sin aspavientos y un respeto de estilo que de inmediato atrapa.

Sin duda, la Sinfonía nº 40, en sol menor, de Mozart es la mas popular de las suyas, y Zukerman la edifica con un derroche subrayado de imaginación que, mientras otras batutas dirigen desde el metrónomo, él lo hace desde la expresión melódica y dinámica, ofreciendo a sus músicos intervenciones precisas que son mas bien invitaciones a la gran Música.

Acertadísimo programar, como solita y director, el gran Concierto de violín en re mayor, Op.60, de Beeethoven, el cual, junto a los de Tchaikovsky, Bruch, Mendelssohn o Sibelius, son piezas de bravura para cualquier violinista. Zukerman lo expuso con infinito derroche de fraseo, espléndido en cada matiz y, sobre todo, humildad, evitando cualquier concesión a la galería. La pulcritud ha sido su «marca de fábrica» planificando la parte orquestal para no ocultar su protagonismo proverbial. Aplaudido, ovacionado y reclamado por el auditorio valenciano, ofreció unos compases del Wiegenlied de Brahms que corearon los 1800 asistentes. Una gran noche.