"No quieren que seamos guapas, sino que se vea el color de piel"

Una modelo valenciana denuncia los problemas a los que se enfrenta al trabajar en campañas publicitarias o desfiles de moda: «En los cástines, quieren a una persona negra, pero no tan oscura»

La modelo ha participadoen campañas ydesfiles.  levante-emv

La modelo ha participadoen campañas ydesfiles. levante-emv / saray fajardo. valència

Saray Fajardo

Saray Fajardo

La modelo valenciana Adama Sene se inició en el mundo de la moda cuando tenía poco más de 16 años. Su intención no era presentarse a ningún castin, pero, casualmente, ocurrió. «Una amiga me pidió que le acompañara y me convenció para que me apuntara con ella. Al final fui seleccionada y participé en un desfile», recuerda. Desde ese momento, la joven, que actualmente tiene 25 años, ha formado parte de varias campañas publicitarias y ha desfilado para diseñadores como Isabel Sanchis, Eduardo Navarrete o Jaime Piquer.

Reconoce que en aquella prueba «era la única chica negra», por lo que, en sus palabras, «llamaba la atención y todo el mundo quería que trabajara con ellos. ya que había pocas en València». «Era racismo positivo, pero seguía siendo racismo», lamenta.

Sin embargo, esa no ha sido la única ocasión en la que la joven se ha sentido discriminada en el sector. «Muchos de los cástines que me llegan tienen como requisito que sea una persona negra o procedente de algún país de África y que tenga el pelo afro», explica. Añade: «Me buscan como perfil racial». No obstante, lamenta que en, muchas ocasiones, las modelos seleccionadas no cumplen con esos requisitos. «Quieren a una persona negra, pero que no sea muy oscura. Si eres oscura, tienes dificultades. Prefieren que tenga la piel más clara y el pelo rizado, que sea mestiza», denuncia.

«No quieren que seamos guapas, sino que se vea el color de piel»

«No quieren que seamos guapas, sino que se vea el color de piel» / saray fajardo. valència

La joven modelo, vecina de Tavernes de la Valldigna, reconoce que el camino no ha sido fácil. «Me lo he intentado tomar de la mejor manera posible y con actitud, pero, muchas veces, he pensado que debería enfocar mi carrera en otro país» especifica. En sus palabras, todavía queda mucho trabajo por hacer. «Las marcas están presionadas por la denuncia social, pero al final parece que soy la negra que rellena la cuota de diversidad», indica.

Durante los desfiles, la modelo también se ha tenido que enfrentar a algunas situaciones racistas relacionadas con el estilismo y el maquillaje. «Llego y no tienen maquillaje de mi tono de piel. Tenemos que llevar el nuestro. No saben cómo pintarnos ni cómo hacernos el pelo. Ves que a la de al lado le están haciendo un pelo precioso y un maquillaje espectacular y es frustrante», lamenta. Denuncia que los profesionales «no quieren que seamos guapas, sino que destaquemos y se vea nuestro color de piel. No tienen en cuenta nuestra opinión».

La modelo reconoce que lo mismo ocurre en cuanto a la elección de la ropa: «La modelo blanca va de negro y la negra tiene que ir de blanco. No hemos salido de esos contrastes y estándares». Estos estereotipos han afectado a la personalidad de la joven. «No me gustaba vestirme de negro porque pensaba que me apagaba», indica. Sin embargo, este no ha sido el único complejo al que se ha tenido que enfrentar la joven. «Con el pelo lo he pasado muy mal. En mi pueblo, durante mucho tiempo, he llevado trenzas o peluca porque veía que toda la gente tenía el pelo liso o rizado, pero ninguno era como el mío», indica. Ante esta situación, le costó mucho mostrarse tal como es. «He aprendido que soy así y es lo que hay. Y no pasa nada», reivindica.

La joven agradece el apoyo de su madre ante este tipo de situaciones. «Es la primera que detecta el racismo. Si no fuera por ella, yo viviría en una burbuja. Ella me ha abierto los ojos», explica.

«Deberían preguntarnos porque hay propuestas que intentan luchar contra el racismo y, sin querer, están haciendo lo contrario», concluye.

"La gente es más racista de lo que aparenta"

Adama Sene reivindica que el racismo todavía impera en la sociedad actual. Aunque se han producido avances, considera que queda mucho camino por recorrer. «Ahora es más frecuente ver a una persona negra en la tele. Parece que estamos de moda, aunque, tal vez, los motivos no sean los correctos», explica. Añade: «Me siento representada en los medios de comunicación, pero no he visto a una persona de color trabajando en un supermercado o conduciendo un autobús». 

En su caso, señala que no ha vivido un «racismo directo». «No me han insultado directamente. Cuando me conocen, no me discriminan, pero sí que discriminan a la gente de mi país», lamenta. La situación ha comportado cierta inseguridad y miedo a la hora de relacionarse con el resto. «La gente es más racista de lo que aparenta», lamenta.