Joyas para rescatar los juegos de la infancia

Una empresa valenciana ha diseñado 25 piezas exclusivas basadas en algunos pasatiempos como el Monopoly o el Twister

Una de las joyas basadas en el juego Monopoly.

Una de las joyas basadas en el juego Monopoly. / Levante-EMV

Saray Fajardo

Saray Fajardo

¿Quién no ha intentado comprar todas los hoteles del Monopoly, convertirse en el rey o la reina del Twister o lograr todos los quesitos del Trivial Pursuit? Sin duda, todos estos juegos han formado parte de la infancia y la adolescencia de gran parte de la sociedad. Durante horas, amigos y familiares de distintas edades se han reunido, generación tras generación, alrededor de la mesa para disfrutar de estos pasatiempos que, en alguna que otra ocasión, han comportado alguna disputa. 

Ahora todos estos juegos vuelven a estar de moda -si es que alguna vez habían dejado de estarlo- gracias a la empresa valenciana de joyería La Vidriola, que ha decidido convertir estos emblemas de Hasbro en collares, broches y pendientes creados artesanalmente. En ellos, se fusiona la imaginación con la creatividad para crear un nuevo concepto de joya. 

Joyas basadas en el juego Twister.

Joyas basadas en el juego Twister. / Levante-EMV

Esta empresa valenciana, nacida en 2015 de la mano de Blanca Calabuig y Pablo Nieto, ha creado esta colección compuesta por 25 piezas elaboradas de manera artesanal que no sólo se venden en España, sino que también llega a otros países del mundo. Además de su cuidado diseño, esta colección de edición limitada (sólo existen 100 joyas de cada una de las 25 piezas) destaca por ofrecer elementos interactivos, es decir, piezas en movimiento o con luz. 

Nostalgia

Esta empresa adquirió en el pasado 2020 varias licencias para trabajar con otras marcas y, así, expandir sus diseños. Durante los últimos años, La Vidriola ha lanzado colecciones en torno a la figura del gato Garfield o My Little Pony. En este caso, los valencianos han decidido colaborar con Hasbro a través de varias piezas relacionadas con juguetes clásicos y juegos de mesa como Monopoly, Cluedo, Twister o Potato Head. «Queremos hacer cosas interactivas y divertidas porque tenemos un público al que le gusta, ya que son piezas muy emocionales», señala el cofundador Nieto, quien añade que estas piezas exclusivas «evocan entre las compradoras esos recuerdos de la infancia, la rivalidad que se producía con los amigos..., por lo que existe esa nostalgia». 

Las joyas con mayor éxito de ventas, en palabras de Nieto, han sido las piezas de Monopoly o de Gusiluz, que brilla en la oscuridad. «Es un producto muy exclusivo, mucha gente ha empezado a coleccionar esta marca», recalca.

Sin embargo, elaborar estas joyas no ha sido una tarea fácil para la marca. «Tuvimos que pensar en todos los juegos disponibles y, a partir de ahí, decidir cuáles podrían ser convertibles y ver cómo transformarlos en un collar o broche», señala.

El público al cual va dirigido es muy variado, ya que oscila entre los 30 y los 60 años. «Es gente que juega a estos juegos o que ha jugado años atrás», explica.

Joyas internacionales

Las joyas de esta marca valenciana se han expandido a otros países como Australia, Estados Unidos, Reino Unido o Singapur. Sin duda, según Nieto, «Australia es el país que más joyas nos demanda y en esta colección ha vuelto a quedar demostrado». Celebridades como Pilar Rubio, Topacio Fresh o Carmen Lomana ya han lucido estos diseños divertidos y exclusivos. 

Gran parte de la producción de esta marca valenciana se vende en el extranjero y, aunque desde la empresa reconocen que les gustaría introducirse en el mercado nacional, aseguran que el éxito que tienen en otros países hace que confíen en esos mercados para seguir creciendo. 

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