Festival de Sitges

Jan Harlan: "Kubrick no era un hombre pagado de sí mismo"

Hablamos con el antiguo productor y cuñado de Stanley Kubrick aprovechando su presencia en Sitges para recoger un Gran Premi Honorífic

Jan Harlan, productor de Stanley Kubrick, en el Festival de Sitges antes de recibir el Gran Premi Honorífic

Jan Harlan, productor de Stanley Kubrick, en el Festival de Sitges antes de recibir el Gran Premi Honorífic / FERRAN NADEU

Juan Manuel Freire

Unos años después de que su hermana Christine, esposa de Kubrick, les presentara, Jan Harlan y el director de '2001: Una odisea del espacio' establecieron una colaboración que duró hasta la muerte del cineasta en 1999. Harlan fue productor ejecutivo de 'Barry Lyndon', 'El resplandor', 'La chaqueta metálica' y 'Eyes wide shut', lo que significa que es historia viva del cine. Ha visitado Sitges para recoger un merecido Gran Premi Honorífic

¿Esperaba trabajar en el cine antes de que Kubrick le pidiera ayuda con la preproducción de 'Napoleon', su mítico proyecto frustrado? 

No, la verdad es que no. Yo estaba muy feliz con mi trabajo [planificación empresarial y procesamiento de datos] en Nueva York. Le conocí en… 1963, y enseguida congeniamos. La música clásica era un poco mi hobby y a él también le interesaba. Pero no tenía ningún interés en trabajar a su lado ni se me ocurrió decirle nada. Cinco o seis años, cuando yo vivía en Zúrich, me preguntó si me iría un año con él a Rumanía para su proyecto sobre Napoleón.

Al parecer, su función principal era servir de intermediario con el régimen de Ceausescu. Hablaba alemán, al contrario que Kubrick. 

La idea era contar la primera campaña italiana y la invasión de Rusia en 1812, de modo que Rumanía era un país ideal donde rodar: teníamos la atmósfera italiana en el sur y las montañas en el norte. Además, el régimen de Ceausescu iba a poder proporcionarnos una caballería, lo que nos iba muy bien, ya que en Inglaterra no teníamos; has de ir a un país comunista para eso. Después, todo se desmoronó. Metro-Goldwyn-Mayer se retiró del proyecto y Stanley sufrió una gran decepción. Yo estuve triste unas dos semanas. Solo quería volver a mi vida en Zúrich o Nueva York. 

Y, sin embargo, siguió trabajando con él durante varias décadas. ¿Sabe usted la envidia que le tienen muchos cinéfilos? Presenció en primera persona cómo se hace historia del cine. 

¡Lo que presencié fue mucho sufrimiento! (sonríe). Cada rodaje era una lucha constante. Ninguno fue tranquilo.Esencialmente, porque Stanley era muy autocrítico, muy cauto en sus decisiones. No era un hombre pagado de sí mismo. 

La primera película del contrato que Kubrick firmó con Warner Bros. iba a ser 'Traumnovelle', el proyecto que acabó siendo 'Eyes wide shut'… casi tres décadas después. ¿Por qué le costó tanto encontrar el camino?

'Eyes wide shut' fue un enorme problema para él. Se basaba en una novela corta ['Relato soñado'] de Schnitzler de los años veinte. Él quería modernizarla y trasladarla de Viena a Nueva York y una y otra vez no daba con lo que quería. Daba igual el guionista que se sumara a la película. Al final se dio cuenta de que lo único que debía hacer era ir al tema central de la obra, los celos, un concepto que no entiende de tiempo ni lugar, que siempre ha existido y existirá. 

Según ha explicado, la única área del conocimiento en el que estaban a la par era la música. ¿Le recomendaba usted mucha música a la espera de escucharla, más adelante, en las películas? 

Me pasaba el tiempo recomendándole cosas, y a veces le gustaban, y otras no. Por ejemplo, le encantó la pieza de Schubert que le propuse para 'Barry Lyndon', el 'Trío para piano nº 2', que yo mismo recompuse y arreglé para la película. Pero esta clase de cosas las hacía como un hobby. No era mi trabajo. 

¿Qué opina de la miríada de teorías que rodean a 'El resplandor'? Como confidente de Stanley, ¿sabe usted secretamente cuál es la lectura correcta de la película? ¿O todas son válidas? 

Él sabía que la película no tenía ningún sentido, que era totalmente ilógica. Pero eso era precisamente lo que le gustaba: si haces una película de terror, no tienes por qué ceñirte a ninguna lógica. Su fracaso en taquilla le dejó por los suelos. Cuarenta años después, es de culto, pero fue un fracaso. No hizo lo que se esperaba de una película con Jack Nicholson. 

Usted trabajó con Steven Spielberg en 'A.I. Inteligencia Artificial', adaptación de un proyecto frustrado de Kubrick. La opinión generalizada es que es mucho más spielbergiana que kubrickiana. ¿Está de acuerdo con ello? ¿O en realidad es la clase de película que su cuñado tenía en mente? 

Oh, no, estoy de acuerdo con ello. El propio Stanley estaba convencido de que era una película que correspondía hacer a Spielberg antes que a él. Todos los personajes, las creaciones, son de Kubrick, incluyendo el oso de peluche Teddy, capaz de hablar y de razonar. Todo eso está en el guion. Pero Spielberg se llevó la película a su terreno y le quedó realmente bien. 

Se supone que ahora debería estar trabajando con Spielberg en una miniserie basada en el guion nunca filmado de 'Napoleon'. ¿Cómo van con este asunto? 

Seguimos trabajando en ello. Es bastante complicado. Ahora mismo no tenemos director, porque Cary Joji Fukunaga saltó del proyecto y no hemos dado con el reemplazo adecuado. No sé qué pasará… Ahora llega otra película sobre Napoléon [de Ridley Scott para Apple TV+]. Es una figura tan interesante. Fue realmente influyente en toda Europa, pero al mismo tiempo no fue lo bastante bueno. Sí lo fue al principio, tuvo grandes ideas, pero se volvió un egocéntrico y acabo sabotéandose a sí mismo por la sed de venganza. La venganza nunca será un buen motor para nada. 

Suscríbete para seguir leyendo