Una poetisa erótica del siglo XVI llega al Museo de Bellas Artes

Los Reyes Magos se han adelantado en el Museo de Bellas Artes de València. La pinacoteca ha adquirido por subasta tres obras que completan la colección de los siglos XVI y XVII del museo de la calle San Pío V. A falta de hacerse «oficial» con la publicación en el BOE, el Estado ejerció el derecho de tanteo el pasado día 13 sobre tres lotes en Setdart: Retrato de Madeleine de l’Aubespine, madame de Villeroy, de Jean Decourt (180.000 euros); San Jerónimo, de Mattia Preti (12.000 euros) y un Ecce Homo, de la escuela flamenca (11.000). El total, tasas includidas, rozó los 255.000 euros.

La obra que ha supuesto un mayor desembolso -180.000 euros más tasas- ha sido Retrato de Madeleine de l’Aubespine, madame de Villeroy, de Jean Decourt, aunque la casa de subastas la atribuyó inicialmente a François Clouet. Ha sido el propio director del museo, Pablo González Tornel, quien revela en una publicación científica que en realidad el autor de este óleo sobre tabla es Jean Decourt, quien pintó el cuadro hacia 1562. La retratada nació en París y contrajo matrimonio a los 16 años con Nicolas de Neufville, señor de Villeroy, secretario de Estado de las casas de Valois y de Borbón. La joven tuvo un importante papel en la literatura francesa del siglo XVI por el carácter pionero de la poesía erótica que cultivó y llegó a ser dama de compañía de Catalina de Medici. L’Aubespine fue una reconocida literata, traductora de Ovidio y Ariosto y a su muerte dejó una biblioteca de 3.000 volúmenes.

Según la casa de subastas, «estamos ante un retrato de calidad extraordinaria. Un magistral manejo de veladuras logra traducir la transparencia de las gasas, el juego de plisados, el brillo de las perlas y la tersura de las carnaciones. El corpiño de terciopelo está decorado con suntuosos brocados. Con un dibujo certero ahonda en la psicología de la dama».

Y aunque la casa de subastas la atribuye a Clouet, González Tornel revela en su artículo que «la tabla es un ejemplo brillante del retrato cortesano vigente en la corte de los últimos Valois y los primeros Borbones, pero su atención al detalle y la singular caracterización psicológica de la retratada alejan esta pintura de François Clouet y sugieren un autor diferente». Expone también en su investigación, publicada en una revista especializada, que este retrato «es, sin duda, una pieza excepcional en la que el tratamiento minucioso de las superficies, con un tono netamente flamenco, se entremezcla con la sugestión tardía del refinamiento emanado de la Escuela de Fontainebleau».

Según señala el director del Bellas Artes, Decourt «fue uno de los principales pintores de las décadas centrales del siglo XVI en Francia. Su figura ha comenzado a recuperarse recientemente gracias a los estudios de Alexandra Zvereva, quien ha aquilatado la figura de aquel que, tras la muerte de François Clouet en 1572, se convirtió en el principal retratista de la corte francesa». De él es también el retrato de Louise de Lorraine que se vendió en 2016 por más de 760.000 euros.

Pintura religiosa

En la misma jornada, el Bellas Artes se hizo por 13.000 euros con San Jerónimo, de Mattia Preti, por el que ofreció 12.000 euros. Esta obra, pintada entre 1660 y 1662, viene garantizada por la firma del especialista Nicola Spinosa, experto en la pintura napolitana del siglo XV al XIX. Según la casa de subastas, «la grandiosidad de esta obra reside en la escasez de elementos a los que el artista recurre para definir una pintura determinada por el dramatismo y la emoción. Con una clara inspiración caravaggista, un manto negro envuelve la escena sobre la que predominan la calidez de las carnaciones y el blanco del pergamino, que rasga la sobriedad de este retrato devocional».

Finalmente, está por llegar a València un Ecce Homo, de la escuela flamenca y pintado en el primer tercio del siglo XVI. Esta obra sigue la estética del Ecco Homo de Albrecht Bouts, realizado en torno a 1525. Esa obra, del Harvard Art Museum, «supuso un cambio de paradigma dentro de la historia del arte, estableciéndose como un referente pictórico, según la casa de subastas. La obra comprada por el Bellas Artes sigue ese modelo en el que se ve «la figura idealizada de Cristo, asimilando el papel del hombre sufriente. Su conmovedor rostro mira fijamente al espectador como si estableciera un dialogo del que participan sus mortificaciones». Sin embargo, el lienzo que llegará a València tiene ciertas «singularidades estéticas» como «reminiscencias estilísticas tanto italianas como hispano-flamencas».

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