El "panquemao" de 150.000 euros que sale a subasta en Nueva York

Christie's pone a la venta un bodegón barroco del valenciano Tomás Hiepes en el que aparece un dulce muy parecido al bollo típico de Pascua

Detalle del bodegón del valenciano Tomás Hiepes que sale a subasta en Nueva York

Detalle del bodegón del valenciano Tomás Hiepes que sale a subasta en Nueva York / Christie's

Voro Contreras

Voro Contreras

Tomás Hiepes (o Yepes) fue el pintor de bodegones dominante en València durante el siglo XVII. De hecho, su personalidad en el arte valenciano seiscentista adquiere un valor singular por su dedicación casi exclusiva al bodegón, género en el que demuestra excelentes dotes alcanzando un estilo muy personal. 

Frente a la exuberancia que mostraban los bodegones preferidos por la Corte en Madrid, las composiciones de Hiepes resultan, según los expertos, «arcaizantes». «Prefiere un tipo de presentación simétrica, ordenada, que raramente altera», señala el Museo del Prado en su perfil del artista valenciano.

Desde una colección privada de París

Y así es la pintura que el próximo 31 de enero la casa de subastas Christie’s sacará a la venta en Nueva York con un valor estimado de entre 120.000 y 150.000. 

En esta naturaleza muerta que hasta ahora pertenece a una colección privada de París, Hiepes representó lo que la casa Christie’s describe como un «pan dulce» -y que bien pudiera ser por su aspecto y procedencia un «panquemao» de la época- junto a un paño de mano blanco adornado con encaje y varios objetos de cristalería sobre una bandeja. Todo ello dispuesto en una mesa cubierta con damasco verde. 

Bodegón de Tomás Hiepes que se subastará en Christie's

Bodegón de Tomás Hiepes que se subastará en Christie's / Christie's

«Es evidente que el artista disfrutó describiendo los delicados adornos de encaje con meticulosa precisión, así como la transparencia de la cristalería y la translucidez del agua que contenía», señala Christie’s en la descripción del cuadro. 

Curiosamente, entre las pocas referencias de archivo que se conservan sobre Hiepes figura que su hermana Vicenta tenía una «sucrería» o pastelería llena de este tipo de bollos, de miel, de almendras y otros alimentos dulces que aparecen en muchas de las naturalezas muertas del pintor barroco valenciano.

La fina puntilla del manto blanco que acompaña al dulce de la pintura de Hiepes.

La fina puntilla del manto blanco que acompaña al dulce de la pintura de Hiepes. / Christie's

Simbología religiosa

Pero en sus notas sobre la obra, la casa de subastas apunta a un significado oculto tras esta aparentemente sencilla pintura. «Los objetos de los bodegones españoles con frecuencia tenían la intención de ser simbólicos; véanse, por ejemplo, los bodegones de Francisco y Juan de Zurbarán en la National Gallery de Londres», apunta Christies. 

«En este caso -añade-, los objetos seleccionados también pueden haber tenido connotaciones religiosas. El pan dulce (un pan espolvoreado con azúcar) y la delicada cristalería que contiene agua pueden aludir a la Eucaristía y servir como recordatorio del sacrificio de Cristo».

 «La presencia de agua en lugar de vino podría referirse al Evangelio (Juan 4:13-14): 'el que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed, porque será en él una fuente de agua que brotará'. a la vida eterna», explica a continuación. 

Detalle de la cristalería llena de agua del cuadro de Hiepes.

Detalle de la cristalería llena de agua del cuadro de Hiepes. / Christie's

«El aspecto litúrgico de la composición -concluye Christie's- se ve reforzado aún más por el hecho de que los objetos han sido cuidadosamente dispuestos sobre un paño de damasco verde, como si estuvieran sobre un altar». 

Estos matices religiosos de la pintura, una rareza en la obra de Hiepes, sugieren que esta naturaleza muerta fue encargada específicamente, en lugar de pintada para el mercado abierto.

Otra naturaleza muerta, pero de Sorolla

La de Hiepes no es la única naturaleza muerta valenciana que sale a la venta en este mes de enero. El próximo lues Setdart subastará «Flores cortadas», un lienzo que Joaquín Sorolla pintó en 1882 y que la casa valora en entre 80.000 y 90.000 euros.

Se trata, pues, de una obra de su etapa formativa, cuando aún vivía en València y se inclinaba hacia temáticas costumbristas, mitológicas, orientalistas e históricas, acordes con las preferencias de la época. En esos años, Sorolla visitó Madrid y el Museo del Prado en varias ocasiones, inmerso en el estudio de los grandes maestros. En esta fase inicial de definición de su estilo, se evidencia en su pincelada la influencia de los realistas, a pesar de que ya se distinguía su destreza para capturar la esencia del realismo y la vivacidad del color.

Lienzo de Sorolla que saldrá a subasta el lunes.

Lienzo de Sorolla que saldrá a subasta el lunes. / Setdart

La pintura se centra en un conjunto de flores y hojas en primer plano, exhibiendo colores vivos y vibrantes sobre un fondo que sugiere la característica playa que se vislumbra al final de la composición. Dos años después de pintar estas «Flores cortadas», Sorolla obtuvo un gran éxito en la Exposición Nacional de Bellas Artes, solicitó una beca para estudiar en la Academia Española en Roma y viajó a París, donde quedó impresionado por las pinturas de los realistas y los pintores que trabajaban al aire libre. El resto es historia.

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