Descubren un cuadro inédito de Manuela Ballester

La artista y esposa de Josep Renau pintó 'Recuerdo de Valencia' en 1939 en su exilio mexicano

Se puede contemplar en una exposición dedicada a la pintora en La Nau

El cuadro Recuerdo de Valencia, en La Nau.

El cuadro Recuerdo de Valencia, en La Nau. / Miguel Ángel Montesinos

Begoña Jorques

Begoña Jorques

Manuel Sánchez recuerda que desde que era niño ha visto el cuadro Recuerdo de Valencia en casa de sus abuelos. Durante más de 20 años, y por herencia, ha tenido esa obra en su casa sin darle más importancia que ser un recuerdo de sus abuelos, exiliados en México en tiempos de la guerra civil española. Hasta que un día un amigo le reveló que ese cuadro era obra de «una artista española muy importante»: Manuela Ballester (València, 1908-Berlín, 1994), referente de la pintura y esposa de Josep Renau. El cuadro en cuestión, hasta ahora nunca visto, se acaba de incorporar a la exposición Manuela Ballester. Pintar frente a todo, que se puede visitar en el Centre Cultural La Nau.

La rectora de la Universitat de València, Mavi Mestre; la vicerrectora de Cultura, Ester Alba, y la comisaria de la muestra, Carmen Gaitán, presentaron este martes este cuadro, en presencia de su propietario, Manuel Sánchez, quien se puso en contacto con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía para esclarecer la autoría de esta obra. Fue después el propio centro de arte de Madrid el que contactó con Gaitán para informarle de este hallazgo. 

Presentación de una obra inédita de Manuela Ballester que se creía desaparecida

M. Á. Montesinos

Esta obra se creía perdida, según explicó Gaitán, «y tiene una gran importancia en la producción de Manuela Ballester, tanto por su significado como por su contexto y presentación». Ballester pintó Recuerdo de Valencia en 1939 y se pensaba que estaba en México, ya que fue la primera que pintó la artista en su exilio en el país americano. Sánchez señaló que no sabe si esta obra la regaló la propia Ballester a sus abuelos, a quienes conoció en el exilio o bien estos se la compraron a la artista, pues se movían en los mismos círculos. 

La obra, de tintes surrealistas, representa el busto de una mujer, cuyo cuello está adornado con elementos marinos dentro de una urna, de inspiración dadaísta. El torso precintado en cristal de la mujer descansa sobre una tela roja y mira a un cortinaje verde y blanco, que ondea como si se tratara de una bandera, en una composición cuyos colores coinciden con el cromatismo de la bandera mexicana: verde, blanco y rojo. La imagen muestra cierto aspecto escenográfico, característica presente en otras obras de Ballester, según explicó la comisaria. La mujer mira hacia esas cortinas y da la espalda a unos fondos marinos, con barcas en la playa, que podrían recordar a la València que Ballester dejó atrás y a la que quiso volver en los años 70 sin conseguirlo.

La comisaria señaló que esa obra evoca a una València que años más tarde la artista leyó en un libro de Azorín, cuyas impresiones anotó en sus diarios. En sus cuadernos, Ballester expresa que «quiere ser más intensamente valenciana, más intensamente española, expresando su anhelo por la patria perdida que estará siempre pendiente en su trayectoria». 

La comisaria durante la presentación de la obra.

La comisaria durante la presentación de la obra. / Miguel Ángel Montesinos

El cuadro, un óleo sobre tabla, fue expuesto en Pintura en el destierro, organizada por la Casa de la Cultura Española en México en 1940. Esa exposición inauguró la andadura del centro, creado como sede de la Junta de la Cultura Española, fundada en París con la colaboración de Pablo Picasso. El objetivo era evitar la disgregación cultural española por la guerra y el exilio.  

En un principio, se pensaba que esta pintura estaba perdida porque según la investigación de la comisaria, Manuela Ballester realizó una versión muy similar a él y lo tituló igual. Recuerdo de Valencia «es importante porque constituye una de las primeras obras que Ballester pintó en la diáspora republicana y, posiblemente, una de las primeras que realizó en su país de acogida».

La mayor retrospectiva

El pasado mes de marzo, la UV inauguró Manuela Ballester. Pintar frente a todo, la mayor retrospectiva de la artista valenciana, justo cuando se cumplen 30 años de su fallecimiento, y que reúne más de 380 obras y documentos de tres países en los que residió la artista: España, México y Alemania. Con un total de 50 prestadores, en su mayoría coleccionistas privados, la mayor complejidad para la comisaria y la Universitat de València ha sido precisamente localizar y registrar, para luego reunir en un único lugar la heterogénea y amplia producción artística. Además, la exposición cuenta con la colaboración institucional del IVAM, la Diputación de Valencia (Igualdad), la Fundación Josep Renau, el Ministerio de Ciencia e Innovación (Instituto de Historia – CSIC) y el Ministerio de Igualdad (Instituto de las Mujeres).

La exposición se podrá visitar hasta el próximo 1 de septiembre.

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