Paco Aguado: "Morante nos define como sociedad"

La atracción del toreo realizado por el genio sevillano le exige al periodista Paco Aguado toda su extraordinaria capacidad descriptiva en el ensayo «Por qué Morante (antes y ahora)», (re)editado por la editorial El Paseíllo

Morante de la Puebla

Morante de la Puebla / Levante-EMV

Jaime Roch

Jaime Roch

Decía Antonio Machado que sus preferencias por Virgilio se debían a que éste «había dado asilo en poemas a muchos versos de otros poetas, sin tomarse el trabajo de desfigurarlos». Buscarle a Morante de la Puebla antecedentes es una hereditaria obviedad y conduce al hallazgo de verdaderas primicias en cuanto al porcentaje de semejanzas: sigue la senda belmontina (Juan) de la hondura a la que el gallismo (Joselito) de Chicuelo (Manuel) guió definitivamente a la ligazón en redondo (Manolete). Sin olvidar esa personalidad cautivadora de Curro Puya y Cagancho.

Es fácil advertir el engranaje de sus fuentes después de leer Por qué Morante (antes y ahora), el nuevo libro de Paco Aguado (re)editado por la editorial El Paseíllo. Un relato propiamente adscrito a una cierta técnica de montaje de película. La Biblia definitiva del morantismo. Una vuelta a la intimidad desde el espectáculo abrumador de su torería. Como si a sus más de 25 años de alternativa se hubiera convertido en un pasivo refugio macerado en los sufrimientos de sus introspecciones, impulsadas en aquel trastorno de despersonalización que se curó en Miami con un capote y una muleta: «Morante es una expresión popular, una manera de entender la vida, tal y como ocurre con el flamenco o el jazz», destaca el autor de este ensayo cuya afición le viene de su padre, el reconocido mozo de espadas Fernando Aguado.

"Su expresión te llega a la médula"

«La gente se pone como se pone con Morante porque es el representante de la expresión más honda de lo que significa precisamente un pueblo, una cultura. Es lo que él transmite toreando», manifiesta. ¿Cómo definiría el sentimiento que produce en la gente? «Son sentimientos muy profundos. Muy viscerales. Los olés no salen de la garganta, salen de las tripas. Su expresión te llega a tocar la médula», asegura. Y es que su personalidad contrasta de modo categórico con el resto de toreros del escalafón.

Escribe el propio Aguado que toda la intensidad de su toreo se vuelca en la verónica más pura. Tan bella como la que ni soñó su paisano Costillares, que la inventó. Trianera, apasionada y gitana, en la estela de Rafael de Paula, pero también la elegante y honda de Antonio Ordóñez y Curro Vázquez.

Una extraordinaria verónica de Morante: escultórica, bellísima y profunda.

Una extraordinaria verónica de Morante: escultórica, bellísima y profunda. / J. Aleixandre

«El toreo es un rito, pero ahora nos los saltamos todos. La globalización parece que nos ha hecho olvidarlos. Y al final los ritos definen a una sociedad. Incluso Morante nos define como sociedad», detalla. Pero, ¿por qué nos define como sociedad? «Nos define incluso para el rechazo porque si la gente no sabe entender lo que hay detrás de Morante es que hemos perdido mucho culturalmente. Así de claro. Y si Morante es un elemento extravagante es que la sociedad ha perdido el norte porque no lo entiende. Morante nos hace ser mejores. Las grandes tardes de toros nos producen una euforia única porque nos hacen sentir que podemos trascender muchos imponderables como seres humanos. Por un momento nos aíslan de nuestras propias limitaciones».

¿Es el mejor torero de la historia?

Pero, ¿es el mejor torero de la historia? «Las dos cimas del toreo son Morante y José Tomás. No porque sean mejores que los anteriores, sino que simplemente han sido más evolutivos», sentencia. Por eso, el diestro nacido en la Puebla del Río (Sevilla) ha sabido apropiarse de todas las lecciones previas y reelaborarlas en su propia fábrica de sueños, en las orillas del Guadalquivir, en la Huerta de San Antonio.

«La mejor faena de Morante está por hacer todavía». Es la idea que sobrevuela al final de la conversación con tres faenas clave: aquella al Núñez del Cuvillo en la Feria de Abril del 2007, la del toro de Hermanos García Jiménez (Matilla) en el San Miguel del 22 y la de «Ligerito», el toro de Domingo Hernández al que le cortó el rabo en Sevilla. «¿Así debía ser el Belmonte de los primeros años, no? Es decir, me da igual que me parta un toro, aquí me pongo y punto», concluye. 

Podría decirse que la atracción por el toreo de Morante le exige a Aguado toda su capacidad descriptiva, que es ciertamente extraordinaria. El autor se examina a sí mismo a través de la vida de un torero único y, en cualquier caso, dotado de una peculiar fascinación.

El periodista y escritor Paco Aguado

El periodista y escritor Paco Aguado / Levante-EMV

Paco Aguado (Madrid, 1964) es periodista de ya larga trayectoria, dedicado a la información taurina en los más variados medios y soportes. También es abundante su bibliografía, que abrió en 1999 con la primera edición de este libro: "Joselito el Gallo, rey de los toreros" y, además del "Por qué Morante", cerraba con "Historias del toreo que nunca te contaron" (El Paseo, 4ª ed.), ambos convertidos en hitos de la literatura taurina. Con su firma también han publicado: "Figuras del siglo xx", "La tauromaquia de José Tomás" y numerosas obras colectivas. También ha sido redactor de las biografías de José Miguel Arroyo, Joselito, del rejoneador Hermoso de Mendoza, del boxeador Poli Díaz o del cantante David Bisbal, entre otras.