Nek Romero, ante su año soñado: "Me obsesiona dialogar con el toro"

El novillero de Algemesí arranca en Valdemorillo (Madrid) la temporada en la que tomará la alternativa el próximo 9 d’Octubre con Enrique Ponce de padrino: "Me lo he ganado en el ruedo"

Nek Romero, en el jardín del Edifici Polivalent de Algemesí donde entrena habitualmente

Nek Romero, en el jardín del Edifici Polivalent de Algemesí donde entrena habitualmente / ROCH

Jaime Roch

Jaime Roch

El encuentro con Nek Romero es en el Edifici Polivalent de Algemesí, el cuartel general donde, rendido a la espera de iniciar su última temporada como novillero con caballos y con una alternativa de postín el 9 d'Octubre en València con Enrique Ponce de padrino, crece en su concepto, cautivo bajo su propia vigilancia y su férrea exigencia con él mismo: "Estoy muy tranquilo porque confío mucho en mí, pero también sé que soy un privilegiado porque vivo en un auténtico sueño, lo que siempre quise hacer. Y no solo por las plazas que voy a pisar este año, simplemente por el trato que he tenido este invierno de los ganaderos", señala con esa sinceridad tan natural que le caracteriza en la corta distancia.

Allí, en el corazón del pueblo de la Ribera que le hizo torero en la Setmana de Bous, se alimenta de sus propias ilusiones junto a su familia y algunos amigos: "Tengo pocos amigos porque me gusta ir de frente, seleccionar mucho a quien tengo a mi alrededor y, para eso, soy muy exigente", manifiesta durante una conversación en la que no soltó la muleta en ningún momento para tratar de ejercitar los antebrazos.

Nek Romero en lance geniflexo a la verónica

Nek Romero en lance geniflexo a la verónica / ROCH

El miedo y la responsabilidad

A horas de torear en la Feria de 'La Candelaria' de Valdemorillo (Madrid), se halla según la fe que se fabrica cada día en él mismo, en esa tauromaquia que ha levantado tantas ilusiones entre la afición del 'Cap i Casal' y bajo la luz rosa de ese flamboyán que no es otra cosa que la ilusión más pura por lograr un sueño: "Quiero ser figura del toreo y sé que lo puedo lograr. Puede sonar a tópico, pero cuando paseo por Algemesí sueño en comprarle una casa a mis padres y otra para mi hermano y ahora tengo la oportunidad de hacerlo", aclara sin titubeos una idea así de simple y así de extraordinaria masticada en los drenajes de la soledad, donde también barrunta esas sombras de preguntas hechas por el miedo o la responsabilidad que traen las plazas de primera categoría: "Claro que hay miedo y mucha responsabilidad, pero estar con mi gente, el simple hecho de ser feliz en situaciones como, por ejemplo, una cena, un almuerzo de brascada con foie o una partida de padel con los míos abrazan todas esas incertidumbres y me ayudan a sobreponerme".

No le pone nervioso estar anunciado el 16 de marzo en la Feria de Fallas junto a Morante de la Puebla, debutar en el San Isidro de Las Ventas y en la Maestranza de Sevilla o que Enrique Ponce le dé la alternativa en València: "Creo que me he ganado estar ahí después del año pasado. Es una temporada bonita, pero voy a ir festejo a festejo, tarde a tarde. Torear con las máximas figuras me genera el máximo respeto, pero estoy muy tranquilo", insiste el torero de Algemesí.

Nek desprende un ideal claro contra los muros hostiles que han circundado su infancia: "Me gusta ser puro. Ahondar en mi pureza con mi libertad, mis palabras y delante del toro. Le doy la posibilidad al animal de que coja la muleta o me coja a mí. Y eso también lo traslado a mi día a día en el crecimiento personal, en mejorar como torero y persona". 

La puerta grande de Nek Romero en València, en imágenes

Nek Romero junto a su apoderado Santiago López / Nautalia/Litugo

Dialogar con el toro

"Me obsesiona dialogar con el toro, leer sus virtudes, potenciar su condición en la muleta", prosigue. Pero, ¿cómo se traslada la pureza delante del toro? "He llegado a la conclusión de que estoy dispuesto a entregarlo todo en ese diálogo con el animal, hasta la propia vida. Lo tengo muy claro". Pero, ¿cómo has llegado a ese punto? "Al toro se lo debo todo y qué menos que entregarle todo lo que tengo: mi propia vida", concluye.