Torrijos y Víctor tienen el don

El joven novillero de Algemesí y el de Arles destacan sobre el resto en la única novillada sin picadores de la Feria de Fallas en la que se lidió un buen encierro por hechuras y juego de José Cruz

Juan Alberto Torrijos en un lance al novillo que abrió la tarde

Juan Alberto Torrijos en un lance al novillo que abrió la tarde / Litugo

Jaime Roch

Jaime Roch

Las Fallas se despliegan con toda la fuerza de su plenitud en València. Las charangas del pasacalle, la mascletà del mediodía, los monumentos ya en la calle y los toros en la plaza ya de manera ininterrumpida hasta el día de la Cremà como constantes vitales para estos días de tanto jaleo y jolgorio.

Precisamente este miércoles tuvo lugar la única novillada sin picadores de la Feria de Fallas y perteneció a la divisa salmantina de José Cruz. Toda ella fue preciosa de hechuras y de buen juego en líneas generales.

'Agua-limpia' se llamó el primero de la tarde y resultó ser uno de los mejores del encierro de Cruz. El eral traía alegría y un gran recorrido en su embestida y se venía de lejos con gran prontitud para meter la cara con profundidad. Juan Alberto Torrijos, que llegaba a València con el ambiente de ser el triunfador de la Setmana de Bous de Algemesí en el escalafon de los sin caballos, aprovechó la gran condición de su oponente.

El don del temple

De entrada, se marchó a recibirlo a la puerta de chiqueros. Al principio de la tarde ya valió la pena haber asistido a la novillada: el joven de Algemesí supo sujetar al eral de salida y enjaretar un puñado de verónicas limpias hasta el centro del ruedo que destacaron por su belleza y por el don del temple que atesora en sus muñecas. También replicó con un quite variado a su compañero.

Inició la labor de muleta por abajo, leyendo perfectamente la condición del animal. Estuvo preciso en las alturas y las distancias y con buena colocación y reunión con el animal. Torrijos resultó volteado sin consecuencias tras echarse al animal encima en un cite. Una estocada baja que hizo su efecto y unas ajustadas bernadinas pusieron el broche. Hubo petición mayoritaria de trofeo y la presidenta no lo conedió por, intuimos, la deficiente colocación de la espada. Dio una vuelta al ruedo.

Víctor resultó volteado feamente

Víctor resultó volteado feamente / Litugo

Una embestida especial

El otro joven que destacó fue Víctor, de Arles (Francia). En segundo lugar le tocó en suerte un eral con buena fijeza y un ritmo especial que el novillero francés supo ver rápidamente: al natural, con el manejo de su muñeca para empapar la embestida en los vuelos, redujo más todavía la velocidad de la embestida del ejemplar de José Cruz. Todo ello acompañado, obviamente, con el don del temple. También destacó por su empaque por el pitón derecho, muy en el aire del también francés Thomas Joubert. Amanoletado, que dirían los antiguos. Dejó un pinchazo previo a una buena estocada y saludó desde el tercio.

Alejandro González, de Albacete, se mostró muy tierno. Ian Bermejo, de Castellón, estuvo solvente y valiente; Rafael de la Cueva, de Madrid, dejó naturales de bella factura; y Valentín, de Nimes (Francia), estuvo demasiado frío. 

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