Manolita y Miguel, los padres de Raúl Albiol, el único jugador valenciano de la Roja, no tienen palabras para describir la alegría que sintieron al ver como su hijo alzaba la copa de Campeón del Mundo. "Me quede muda, no sabía qué decir, pero hoy parezco una cotorra", cuenta Manolita desde el otro lado de la ventanilla de la Administración de Lotería que regenta en la principal avenida de Vilamarxant mientras no para de recibir felicitaciones de los clientes.

"Toda España está contenta, pero cada pueblo que tiene un jugador en la selección lo está más todavía", dice Pepi, orgullosa de que un joven de Vilamarxant haya entrado en la historia de oro del fútbol español. Manolita, mientras le sella una bonoloto, le responde con una feliz sonrisa de agradecimiento.

Al fondo de la administración, parece sonreír también un pequeño altar con un San Pancracio rodeado de cromos de Raúl con la camiseta del Real Madrid, su actual equipo, y de la selección. "Me los traen los niños cuando les sale Raúl "repe"", explica satisfecha Manolita. Y es que la estampa de Albiol es la más buscada por los niños de Vilamarxant, un pueblo que hoy nombrará "hijo predilecto" a este futbolista internacional al que vio nacer hace 24 años.

"Esto es muy grande"

"Esto es muy grande, algo que sólo pasa una vez en la vida", añade una madre que todavía recuerda como Raúl, su hermano mayor, Miguel, futbolista del Real Murcia, y el pequeño de los Albiol, Brian, no hace muchos años jugaban con la pelota en la misma avenida en la que más de 300 personas celebraron el domingo el triunfo de España.

Los bares de la principal arteria de este municipio de Camp de Túria sacaron los televisores a la calle y las terrazas se llenaron de camisetas de la Roja y banderas. Miguel y Manolita vivieron allí el partido, en el bar de "El Conde". "Cuando se trata de ocasiones especiales nos gusta salir y compartir la alegría de la gente", relata el padre del ex jugador del Valencia.

"Nunca piensas que vas a ver a un hijo levantando la Copa del Mundo porque en el futbol no puedes vivir más que el día a día", narra en alusión a la lesión en la rodilla que ha sufrido Raúl en Sudáfrica y que le ha privado de saltar al césped. Las imágenes de su hijo llorando de dolor mientras era retirado de un entrenamiento les encogieron el corazón, "pero afortunadamente no pasó de un esguince".

Ayer Miguel era un padre "especialmente feliz", "ahora tengo mucha más salud" añade. Confiesa que le emociona recibir las felicitaciones y abrazos de sus vecinos: "es algo que me pone la piel de gallina, pues me hace recordar los malos momentos, sobre todo el accidente de coche que sufrimos hace cinco años cuando íbamos a firmar la cesión al Getafe" y que a punto estuvo de truncar la brillante carrera del futbolista de Vilamarxant.

Un pueblo que volverá a vibrar hoy a las 20.30 horas, cuando su vecino más ilustre salude desde el balcón del ayuntamiento. El pleno municipal, según el alcalde, Vicente Betoret, además de nombrar hoy a Raúl "hijo predilecto" de Vilamarxant también le concederá la Medalla de Oro del municipio.

"Mi hermano es el amuleto de la Roja"

El mundial de Sudáfrica ha sido "especial" para los Albiol, cuenta Miguel, el padre del internacional de Vilamarxant. A la alegría de ver coronarse a Raúl campeón del mundo se suma el nacimiento de Daniela, la segunda hija de Miguel, que vino al mundo pocas horas antes de que España lograra el pase a la final tras imponerse a Alemania. "He ganado una nieta y una copa", apunta Manolita Tortajada, la madre de los futbolistas.

Raúl, que conocerá hoy a su sobrina, ya vio sus primeras fotos poco antes de la semifinal "pues su hermano Miguel se las envió por el móvil nada más venir la chiquilla al mundo", relata emocionada.

Pero, si hay alguien especialmente feliz en esta familia de Vilamarxant, ese es Brian. El pequeño de los tres hermanos Albiol, a sus 16 años, sueña con seguir los pasos de Raúl y Miguel: "Ojalá pudiera ser futbolista profesional como ellos, eso sería muy bonito". Ayer, en el arranque del tercer campus de futbol Hermanos Albiol, que reúne a casi 70 niños, Brian descontaba las horas para abrazar a Raúl. "Yo le digo, y el se ríe, que es el amuleto de la suerte de la selección, pues desde que él es internacional han ganado la Eurocopa y ahora el Mundial".