El portero de la selección española Iker Casillas ha advertido de la peligrosidad del partido de este martes ante Escocia porque ha recordado que "todos" los equipos ahora quieren "ganar a la campeona del mundo".

"Desde hace tres meses somos los campeones del mundo y cualquier rival que juega contra España quiere hacer su mejor partido. Todos quieren ganar a la campeona del mundo porque eso tiene un eco", señaló Casillas en rueda de prensa.

"Todos los equipos quieren hacer un digno papel ante España. Eso va a tener siempre un eco mayor, como el de Argentina que nos ganó 4-1 y luego perdió 1-0 con Japón. Es lo que hay, todos aprovechan su momento para presumir de ganar al campeón del mundo", añadió.

El jugador del Real Madrid también reconoció que "dentro del grupo" saben perfectamente cuál es su "papel". "Afrontamos todos los partidos al cien por cien, sea amistoso u oficial", apuntó el mostoleño.

Sobre Escocia, el guardameta recalcó que cuenta con "jugadores en equipos importantes", resaltando a Darren Fletcher, del Manchester United, que "maneja bien el centro del campo" o el grupo que sale del Glasgow Rangers y del Celtic, que dan "mucha experiencia".

De todos modos, avisa de que no será un partido "fácil" para los escoceses "porque se juegan mucho". "Si no puntúan tendrán muy difícil su participación. Nosotros tenemos que ir a lo nuestro, conseguir ganar y sacar tres puntos más que nos den nueve para estar tranquilamente en lo alto de la clasificación", añadió al respecto.

Finalmente, Casillas afirmó que su última visita a Hampden Park, cuando conquistó con el Real Madrid la 'Novena', "está lejos en la memoria". "Fue ya hace ocho años y fue un bonito recuerdo, pero ya ha llovido bastante. Ahora venimos a otro acontecimiento y es completamente diferente", reconoció.

El madrileño confesó que aquel partido pudo ser "un punto de inflexión" porque jugó los minutos decisivos tras la lesión de César, y que antes del Mundial de Japón y Corea de un mes después, se aprovechó de "la mala suerte" de Cañizares para ser el titular de España, después de haber pasado un tiempo "sin jugar" con su equipo.