Ernesto Valverde sigue aplazando su futuro hasta que el vaivén de patronos y consejeros acabe con esta situación de permanente interinidad. A este respecto, Valverde se muestra contundente: "cuando sepa quién será el presidente hablaré con él el mismo día", aseguró el técnico, que no vinculó su continuidad a que el Valencia "entre o no en Liga de Campeones". Además de su futuro, Valverde dejó algunas reflexiones para quienes cogerán las riendas del club en un futuro próximo. Preguntado por la política de cantera, cuestión tan escudriñada las últimas semanas, Valverde comentó que "tiene que partir de un convencimiento y no de una obligación económica". El técnico sabe de lo que habla. Ha pertenecido al Athletic Club, como jugador y como entrenador, y conoce las implicaciones de un modelo basado en la cantera. "No se puede subir al filial al primer equipo. Hay que crear un estilo propio y a largo plazo", añadió.

Pero antes de que todo eso ocurra, el Valencia del presente está a cinco jornadas del final y con un objetivo, casi milagroso, por cumplir. "Ir por detrás limita las elucubraciones", apuntó Valverde respecto a la situación del Valencia en la clasificación, siempre a expensas de lo que haga la Real Sociedad para poder colarse en los cuatro primeros puestos. Si el Valencia, hasta hace una semana era favorito en esa interminable carrera por alcanzar la Liga de Campeones, ahora esa misma presión se traslada a San Sebastián. De cara al próximo partido, ante Osasuna, Valverde comentó que ve al equipo "recuperado" anímicamente de la derrota en Anoeta. "Era importante recuperar el ánimo", apuntó. Esta semana Valverde ha tratado de sacar al equipo del duelo posterior a un partido con aire de funeral. Tanto le preocupa el factor anímico que, cuando fue preguntado por el tono físico del equipo, él incidió en lo emocional: "es más importante el estado de ánimo". Inmerso en la tarea de mantener la moral alta hasta el final, Valverde trató de rescatar el jueves a uno de los eslabones más débiles: Sofiane Feghouli, que ha pasado de ser imprescindible a ocupar el banquillo en los últimos partidos. "Era sobre su rendimiento", comentó Valverde refiriéndose a la conversación que mantuvo con el jugador durante el entrenamiento. El técnico cree que Feghouli "puede aportar más cosas" y recordó que antes incluso sumaba goles al equipo, algo que no ha sucedido durante toda la segunda vuelta. En los últimos partidos el técnico ha cambiado el esquema de juego, cortando las bandas al equipo y buscando mayor control del balón en los pasillos interiores del campo, pero Valverde insistió en que "hace falta la profundidad de Feghouli", así como la de otros jugadores del mismo perfil, como Piatti. "Sin ellos somos más planos", reflexionó el técnico.

El partido ante Osasuna será la próxima "prueba de fuego" del Valencia, atendiendo al tópico utilizado por el propio entrenador. Valverde sabe que los equipos que juegan con la desesperación de agarrarse a la Primera División "exigen una actitud muy competitiva". Él está empeñado en que sus jugadores no se dejen llevar. "La derrota (en Anoeta) y el final de liga", dijo, amenazan las pocas opciones que quedan para alcanzar la Liga de Campeones. Su propósito es evitar la deriva autocompasiva y exprimir al grupo en las próximas cinco jornadas. Su futuro después sigue sin estar claro.