El viajero debe sorprenderse de ese edificio de paredes de piedra, singularmente extraño que se alza a la entrada de Villar del Arzobispo, capital de La Serrania, cabeza que fue de partido judicial, casi cuatro mil habitantes y lugar que por su clima benefactor fue recomendado por los médicos del emperador Carlos V para su mal de gota.

El aficionado a la pilota no dudará en adivinar la utilidad de esa construcción tan singularmente sencilla y atractiva: las dos murallas que asemejan a las de un viejo castillo medieval acogían los duelos más intensos de pilota valenciana de la comarca. Se construyó a finales del siglo XIX y su vida se prolongó hasta los años cuarenta del pasado siglo.

Como algunos otros trinquetes valencianos, con su "escala", fue reconvertido para la práctica del frontón, utilizando la pared del "dau" como frontis. Todavía hoy, si el viajero aficionado se atreve a adentrarse en la selva de maleza que invade el piso y la escalera podrá leer en el centro del rebote un cartel: "Frontón La Paz. 1940". Ya era esta la modalidad preponderante en toda la comarca. Si algo se escribía de pelota en aquel tiempo lo era del frontón vasco... así es que, seguramente era más conveniente la reconversión a la modalidad de juego indirecto. No fue el de Villar del Arzobispo el único trinquete reconvertido en "pelota nacional" -así se denominaba a la pelota vasca-, el mismo destino tuvieron los trinquetes de Segorbe, Elda y Casinos. En Segorbe y Elda se llegó a jugar a pala.

Figuras serranas

En este trinquete, y en otros frontones de la comarca se formó "Villar", José Cervera Roger, un pelotari de buenas manos que, en los años cuarenta y cincuenta era fijo en los carteles del Jai Alai de la Alameda, frontón que mantuvo intensa actividad hasta mediados de los años sesenta. También jugó en Pelayo frente a pelotaris de la talla Chelat, Lliria II o Vidal.

Otra de las grandes figuras de la comarca serrana fue Rafael de Losa del Obispo. "Losa", fue un elegante pelotari que paseó el nombre de su pueblo por todos los trinquetes valencianos. Destacó en el mano a mano y se atrevió con Ibáñez de Casinos, uno de los grandes, capaz de ganar mano a mano a Juliet en el mismísimo trinquet de Alginet. Brilló en el trinquet Rafaelico de Pedralba, un jugador "molt pasaor" y elegante que se anunciaba en Pelayo con regularidad aunque su espacio natural era el frontón, en el que llegó a anunciarse con los grandes de una generación inolvidable de los años setenta: Panolleta, Sevilla, Estudiante, Cherano, Chato de Gestalgar, Pascualín, Campana, Guadalajara...

En Villar del Arzobispo llegaron a convivir dos trinquetes. El situado junto al Huerto del Señor, ya desapareció hace decenas de años. Hoy sólo quedan vagos recuerdos. Algo así ocurre en casi todos los pueblos serranos donde sólo en fiestas se anuncian algunas partidas de frontón. Alcublas es la excepción, con un activo club que participa en todas las competiciones oficiales federativas, a "galotxa" y frontón. Puede ser el motor que impulse una política de recuperación de este deporte en la zona. Identidad serrana, tan necesaria.