La no salida de Ricardo Costa el último día de mercado tenía un trasfondo, como es el de su cláusula de rescisión. Como su marcha al Besiktas, a la que el jugador no se negó porque así se lo había pedido el Valencia, no iba a permitir la inscripción de Otamendi se desestimó, pero la llegada de éste para la próxima temporada contempla la venta del central portugués. A Ricardo no le van a afectar estas situaciones al rendimiento deportivo, su profesionalidad como así reconocen desde todos los estamentos del club está fuera de duda, pero igual como a él le «invitaron» a salir, a partir del 1 de julio su cláusula de rescisión pasa a los 2,5 millones de euros respecto a los 30 millones que figuran actualmente en su contrato.

La intención del Valencia era la de obtener una cantidad importante por su traspaso o si el conjunto turco sólo hubiese contemplado su cesión, incluir una opción de compra obligada. Siempre pidiendo unas cantidades superiores a la máxima que podrán ingresar como máximo a partir del 1 de julio, por un futbolista que tiene contrato hasta el 30 de junio de 2015 con una opción de prorrogarlo un año más en función de si juega un número determinado de partidos. Si la temporada sigue con normalidad y juega habitualmente, su nombre será uno de los 23 elegidos por el seleccionador Paulo Bento para el Mundial de Brasil del próximo mes de junio.

Al futbolista no le sentó nada bien el camino seguido por el club a escasas horas del cierre de mercado, que veía la necesidad de «liberar» una ficha alta para incluir «otra» (la de Otamendi) hasta que no encontraron solución para poder inscribir al argentino por tener cubierto el cupo de plazas de futbolistas extracomunitarios. Posteriormente fue el propio presidente en primera persona el que se disculpó personalmente, y él respondió con una buena actuación en el Camp Nou frente al Barça. Allí vio la quinta cartulina amarilla de la temporada, que intentó «quitar» el club recurriendo al Comité de Competición pero los esfuerzos fueron en vano. De cara al partido en el Sánchez Pizjuán Pizzi tendrá que elegir entre el central luso, uno de los capitanes de la plantilla, o darle continuidad a Senderos, muy correcto en la victoria al Betis.