Pablo Torrijos, plata en triple, se ratificó en el club de los 17 metros e Indira Terrero, subcampeona de 400, logró su segunda medalla europea consecutiva en una jornada de los Europeos en sala que registró un hecho insólito: por primera vez en diez años y seis ediciones, Ruth Beitia no subió al podio.

La capitana, de 35 años, asumía la responsabilidad de dar a España la primera medalla en Praga, después de una mañana nefasta en la que cayeron todos los españoles excepto el velocista Ángel David Rodríguez, y se mostró insegura desde el primer salto (1,80).

Pablo Torrijos demostró que sus 17,03 de Antequera no eran flor de un día. El «señor 17» mejoró en un centímetro su récord de España y se encaramó al segundo puesto del Europeo, sólo por detrás de todo un campeón olímpico, el portugués Nelson Évora (17,21), y precediendo a otro medallista olímpico, el rumano Marian Oprea, plata en Atenas 2004. El castellonense, que anunció una táctica «a muerte en la final», llegó a ponerse en cabeza en la quinta ronda, demostrando ya una adecuada adaptación al pasillo sobre tarima flotante, pero le duró poco el privilegio, porque a continuación Évora, recuperado de dos operaciones, volvió a rebasarlo.

Apenas siete meses después de lograr su primera medalla como española (bronce en los Europeos al aire libre de Zúrich), la habanera Indira Terrero se colgó la segunda y mejorando la calidad del metal al terminar segunda con un registro de 52.63 que la coloca tercera en la lista española de todos los tiempos.