El pleno del Ayuntamiento de València aprobó en la jornada de ayer, con el apoyo de todos los grupos parlamentarios, una iniciativa que permitirá construir un pabellón deportivo multiusos para el Valencia Basket.

Este nuevo edificio Arena, que se situará entre las calles Àngel Villena, Bomber Ramon Duart y Antonio Ferrandis, tendrá una capacidad aproximada para 15.000 espectadores y contará con un presupuesto indicativo para las obras de 192 millones de euros.

Asimismo, supondrá un impulso económico para la ciudad, ya que se espera recabar, según el texto de la propuesta conjunta, «un impacto anual de unos 10 millones de euros», así como ayudar en la empleabilidad de València mediante la «creación de más de 300 lugares de trabajo».

Además, según la propuesta realizada por la sociedad patrimonial de Juan Roig, Licampa 1617 SL, el proyecto pretende ser una «referencia de la ciudad de València a nivel nacional e internacional», cuyo mayor impacto se verá en la «desestacionalización del turismo» y en la «revitalización» de esta parte de la ciudad.

Antes del pleno, el alcalde de València, Joan Ribó, indicó que el pabellón es «una apuesta muy importante para la ciudad, que en estos momentos carece de una instalación de este tipo».

El responsable municipal comentó que por esta circunstancia «hay eventos deportivos y culturales que no se pueden realizar» en València «por falta de pabellón» y se refirió de este modo a giras y conciertos internacionales que no llegan al no disponer de una instalación adecuada.

«Desde el Ayuntamiento de València queremos expresar muy alto y claro la posición favorable de todos los grupos municipales respecto a la construcción» de la instalación multiusos «planteada por la empresa Licampa», aseguró el primer edil.

Ribó insitió que contar con ellas será un paso importante en el ámbito tanto cultural como deportivo y turístico, dado que ayudará a «desestacionalizar el turismo en una ciudad donde esta actividad tiene una importancia muy significativa».

Una concesión con dos fases

Del mismo modo y en cuanto a su puesta en marcha, Ribó destacó que «se planteará una concesión demanial que tiene dos fases: un concurso respecto a proyectos y, en segundo lugar, la adjudicación», la cual durará 50 años como máximo.