El Valencia Basket certificó ante el Baskonia que su buen final de temporada no es ni mucho menos fruto de la inspiración de unos días ni de cuestión de fortuna. Todo lo contrario, constata que la evolución y el buen juego es una realidad. La fase regular puso el punto final en la Fonteta y los taronja lo hicieron con un nuevo triunfo, el octavo de los últimos nueve encuentros jugados y de nuevo ante un equipo Euroliga y que llegaba enrachado además de pelear por una segunda plaza que se le escapó. Ponsarnau ha conseguido encontrar el máximo rendimiento de sus jugadores en el momento decisivo con triunfos de lustre ante el Barcelona o el propio Baskonia y sobreponiéndose a los incesantes problemas físicos que ha acompañado a los valencianos en estas últimas semanas con ausencias como las de Abalde, Matt Thomas o Tobey.

El viernes se abre otra competición con la puesta en marcha del playoff. De nuevo espera el Unicaja, el rival de casi siempre y con el que se sigue manteniendo una rivalidad más que palpable. Aunque este año se le ha ganado la partida con el pasaporte a la Euroliga ya consumado, los malagueños afrontarán la serie con el orgullo como bandera, situación que deberá activar los cinco sentidos en un Valencia Basket que tratará de firmar su pase a unas semifinales que en las últimas campañas han dejado de ser territorio prohibido.

El premio colectivo tuvo además el reconocimiento individual para Labeyrie. El francés firmó un partido de escándalo con 34 créditos de valoración y que le valieron para ser designado el mejor jugador de la jornada. Reconocimiento que también reafirma que en este bloque del Valencia Basket todos suman. Es la base del éxito de este club y sobre la que se han cimentado las mejores campañas en la historia.

El choque comenzó activo y con acierto principalmente desde el perímetro. El acierto de los vitorianos mantenía a los visitantes por delante aunque Labeyrie y Dubljevic encontraron la forma de tomar la iniciativa y dejar el marcador en ventaja al final del primer cuarto (26-23).

Un triple de Doornekamp en un segundo cuarto que estaba errático para los dos bloques despertó también a San Emeterio y al engranaje ofensivo de los taronja que marcaron su primera ventaja reseñable (44-34). El Baskonia tiró de individualidad y arrojo para salvar un momento complicado y entre el segundo y el tercer cuarto concatenó un parcial de 0-11 que les dio de nuevo la ventaja (44-45). Esta situación hizo reaccionar a los de Ponsarnau que volvieron a activarse liderados por un Doornekamp casi infalible y que dejaba el encuentro en buena situación con un cuarto por jugar (68-59).

El último período tuvo el nombre propio de Labeyrie. El francés cautivó a la Fonteta con puntos y rebotes al mismo tiempo que contagió a sus compañeros que pasaron por encima de su rival con suficiencia para adquirir una ventaja casi definitiva (78-63). Perasovic, con jugadores importantes como Poirier o Hilliard desactivados, no encontró la manera de frenar a un Valencia Basket sólido y que no dio ninguna opción. La Fonteta ya se viste para el playoff. Quiere más y está preparada para todo.