En su primera comparecencia pública como entrenador de Valencia CF, Javi Gracia se sometió al ansiado tercer grado de la prensa, ávida de información para con una afición que apenas ha tenido explicaciones desde la propiedad tras una temporada marcada por la decepción y la ausencia para el próximo curso de competiciones europeas. En este contexto, el navarro de 50 años debió enfrentarse a una veintena de preguntas, las lógicas como nuevo responsable de los designios deportivos del equipo, y también las que sería más normal que tuvieran respuesta por parte del presidente del club.

Anil Murthy volvió a no admitir preguntas, limitándose a leer un comunicado de bienvenida al entrenador en el que enumeró los motivos de su fichaje. Precisamente, una de las cuestiones hurgó directamente en las palabras con las que Murthy decía en enero -por entonces Albert Celades estaba en el cargo- que Meriton tendría un entrenador-funcionario, si no cualquiera podría irse «aunque ganara la Champions». Gracia no entró en lo dicho por el dirigente, pero sí fue claro con sus ideas: «Manifiesto el mayor de los respetos para los funcionarios, son muchos en este país y mis padres lo eran, dos maestros. Respecto a mí, yo no soy un funcionario soy un entrenador que vengo a desarrollar mi trabajo para que el seguidor esté contento y el jugador rinda a su nivel. La opinión de mí que de verdad importará será la que deje cuando me vaya o pasado el tiempo, porque estará más fundamentada».

«Yo me considero un entrenador, voy a intentar hacerlo bien y estar mucho tiempo en el Valencia», reitera Javi Gracia. El ex de Watford, Rubin Kazan o Málaga quiso evidenciar la ilusión con la que toma las riendas del banquillo de Mestalla, a pesar de que, como el club, él también mantuvo «contactos con otros equipos» mientras Peter Lim deshojaba la margarita tras un casting de entrenadores. «Yo tenía verdadero interés por venir al Valencia. Después de ver diferentes alternativas vieron que era el indicado y se cruzaron los caminos. Hoy estamos aquí esperando que sea el comienzo de algo bueno y duradero», comentó antes de decir con sinceridad que desconoce el «peso» que la opinión de Miguel Ángel Corona ha tenido en «decisión final» de Lim.

El nuevo técnico asegura que no se la ha trasladado ninguna lista de jugadores con los que no se cuenta. Sin embargo, la primera de las preguntas le cogió en frío a Gracia, que no se mojó por la continuidad del capitán, Dani Parejo. «Es un tema que está manejando el club. El 10 de agosto es la fecha de vuelta y vamos a ver cómo se desarrolla. Hablar sobre el tema no nos ayuda», coletilla que repitió para sortear la cuestión de los objetivos. «Ambición es un término vago, amplio. Para mí, no hay mayor ambición que intentar ganar todos los partidos. Todos quieren estar en la Champions, pero lo que debemos hacer es crear exigencia en el día a día para aumentar las opciones de ganar muchos partidos», apunta Gracia, que desea conjugar «ambición para los objetivos con ser, paralelamente, moderados en las expectativas». «Cargarnos con una mochila que no corresponde desde el principio no nos va a ayudar».

Otra de las ideas que emana con claridad del discurso de Gracia es como el carrusel de entrenadores que ha vivido el club desde que Meriton asumió la mayoría accionarial no le resta ni un ápice de ilusión a alguien que está habituado a lidiar con la presencia de propietarios intervencionistas, y con escasas nociones profesionales en el mundo del fútbol. El jeque Al-Thani en Málaga o la familia Pozzo en Londres en Watford, lugar del que salió sin aparente explicación tras una contundente renovación. «Cada uno es diferente y especial. No miro cuántos han pasado. En mi anterior etapa llegué a un club, el Watford, por el que igual pasaron igual o más que aquí y terminaron renovándome en mi segunda temporada, algo que no habían hecho en cinco o seis años. Uno debe poner de su parte para que las cosas sean distintas, lo que quiero es estabilidad para los jugadores, el club y la afición y que todos podamos disfrutar del equipo», asevera un técnico que nombra la palabra mágica de los «títulos» al referirse a sus metas personales. Además, comprende que los ciclos en los clubes son cada vez más cortos y el principal objetivo es el de «ganar tiempo» a partir de los resultados» y «generar un ambiente favorable». «Me gustaría no solo cumplir dos años de contrato, sino extenderlo y crecer a la vez que el club, llegando a lograr posiciones altas y títulos», agrega.

A Gracia le «ofende la duda» de que sus decisiones deportivas y las alineaciones puedan estar condicionadas por el inversor singapurense y habla de «consenso». Para Gracia, el protagonismo de jóvenes como Hugo Guillamón o Kang In, a los que reconoce sus cualidades, dependerá de que se lo ganen en competencia con otros compañeros. «Trataré de ser lo más justo posible con el trabajo. No miraré las edades ni las nacionalidades, ni ningún otro condicionamiento que no sea el de rendimiento y trabajo», dice. El último fin de esta meritocracia será, según su explicación, un Valencia «intenso, agresivo en campo contrario, con y sin balón, equilibrado en defensa-ataque y dominador».

La 'limpieza' que la propiedad pretende llevar a cabo centró parte de la comparecencia. Conforme el ambiente entró en calor, el entrenador echó de mano izquierda al ser preguntado por otros jugadores que podrían no estar la próxima temporada, como los casos de Rodrigo Moreno y Jasper Cillessen. Eso sí, advirtiendo de como la economía condiciona al club. «Decir que una de serie de jugadores no van a continuar no nos ayuda para nada. Todos son buenos y por eso están en el Valencia. Entiendo que el club tiene decisiones tomadas, yo daré mi opinión de lo que creo que es bueno para el equipo, entiendo que en consenso llegaremos acuerdo buenos para el club. Veremos cómo evoluciona el mercado y lo que estoy seguro es que con los movimientos que se den vamos a tener una plantilla súper competitiva. El futuro depende de una situación de partida que condiciona, que es económica y hay que estar abiertos para ver cómo se soluciona, y estar abiertos a que jugadores importantes estén en boca de otros equipos. Yo voy a transmitir al presidente y al propietario lo que creo que es importante para el equipo. Voy a ser claro en lo que quiero para que el equipo sea competitivo y luego veremos el escenario que obliga a tomar alguna decisión», explicó.