Han pasado seis meses desde que se decretó el primer estado de alarma por la emergencia sanitaria. Seis meses desde que los escolares no han podido disfrutar de la educación física y el deporte escolar. Se cerraron las escuelas, se suspendieron las actividades deportivas extraescolares y todas las competiciones. Un estudio de la Fundación Gasol muestra una incidencia negativa sobre los hábitos de salud de los escolares y como consecuencia un aumento de los trastornos y desequilibrios de la salud infantil. Una epidemia que empeora la que ya conocíamos, la de obesidad infantil, con un 34,9% de menores con sobrepeso. Con el nuevo curso hemos hecho un gran esfuerzo para abrir las escuelas con protocolos de salud pública porque para muchos niños y niñas es su único espacio de enseñanza y no podían disponer de otro igual o mejor en sus familias. Un espacio donde también se aprenden normas de convivencia y se desarrollan las amistades para vivir en sociedad.

Las pantallas han sido aliadas de los padres y madres para poder mantener a sus hijos tranquilos en casa durante el confinamiento de la pasada primavera pero son también enemigas de su salud. Con la vuelta al cole hemos conseguido como mínimo que nuestros alumnos vuelvan a hacer educación física en horario escolar aunque dudamos de la idoneidad de las actividades extraescolares en el centro. Sin embargo, con la pérdida de hábitos hay muchos niños y niñas que necesitan de deportes donde se valore más el aspecto lúdico, educativo y colaborativo por encima de las competencias físico-técnicas o la competitividad en una determinada especialidad. Deportes que se suelen enseñar en los patios de nuestros colegios e institutos y que normalmente promueven las AMPAS, asociaciones deportivas de base o ayuntamientos a través de sus escuelas deportivas municipales. En definitiva, actividad apegada a la escuela y que concurre a veces paralela a los Juegos Deportivos Municipales convocados, también este curso, por la Conselleria de Educación.

Desde junio abrimos los polideportivos municipales con protocolos para que los niños y niñas deportistas de tantos clubes locales entrenaran y planificaran con mucho esfuerzo una temporada deportiva inusual pero factible y, recientemente -gracias a los datos epidemiológicos de nuestra Comunitat- Sanidad no ha tenido que aplazar el comienzo de las competiciones en las categorías de educación primaria. ¿Cómo no vamos a permitir el deporte de compañeros de clase en los patios de los colegios?.

Ya se está produciendo un sensible trasvase de muchos alumnos, los que pueden, del deporte escolar a clubes que compiten en polideportivos bajo el paraguas de las federaciones. Es bueno tener un criterio sanitario y seguirlo en todos los casos, no según se trate de una competición federada o unos juegos escolares. La presión social que ejercen las federaciones y sus clubes asociados es mucho más fuerte que el que pueden realizar los profesionales que trabajan en los colegios por el deporte escolar y sus beneficios. De hecho, se encuentran la mayoría de las veces con la incomprensión de los propios docentes y direcciones de los centros. Es obvio que lo más importante es el principio de precaución sanitaria, respetar lo que podamos las burbujas sociales que han establecido las autoridades educativas y sanitarias pero tratemos también de atender a esa otra función del deporte en los menores, educativa y saludable, curse o no con competiciones.

Sin el deporte escolar podríamos impedir el acceso a unas actividades físicas a la medida de muchos de los niños que más necesitan establecer hábitos saludables y que seguirían en casa pegados a las pantallas. Gran parte de ellos no llegarán durante la semana a los 60 minutos de ejercicio físico al día que recomienda la OMS. Por otra parte, la inscripción en escuelas deportivas municipales es mucho más económica que una ficha en un club federado y se establecería otro peaje insalvable para muchas familias. En definitiva, no queremos dejar de tener una oferta de deporte educativo, igualitario y accesible. Características que suelen ser mucho más respetadas en las canchas de los centros escolares que en los polideportivos.

Queremos poner en valor a esas otras aulas de salud e inclusión para sensibilizar a las administraciones y que no las traten como una extraescolar más. Y a los directores e inspectores de los centros docentes para que autoricen estas actividades mientras se pueda. Los Juegos Deportivos Municipales para este curso siguen convocados, las Escuelas Deportivas Municipales de muchos ayuntamientos también. No cerremos las puertas de los colegios a esas aulas al aire libre en horario extraescolar para educar en hábitos saludables para sus vidas a nuestros más pequeños.