Más allá de que el contexto que envuelve al Levante sea de pura preparación, los pupilos de Paco López transmiten competitividad. Ganas de que arranque LaLiga Santander y de mejorar los números registrados en la temporada anterior. Aunque el rival no tenga tanto prestigio como el Stade Rennes, el cuadro levantinista demostró que la victoria contra los franceses, de la que se extrajeron lecturas muy positivas, no fue un espejismo. Frente a Atromitos, aunque con ciertas dificultades, vencieron y volvieron a convencer para registrar un pleno de triunfos en pretemporada, y así seguir engrasando la maquinaria granota de cara a lo que de verdad importa: la Primera División.

Pese a ello, a los de Orriols les costó levantar la muralla griega. Ni por la derecha, donde De Frutos volvió a demostrar su verticalidad, el Levante consiguió crear serios problemas. La vía aérea fue la solución para perforar la meta de Kenan Piric. Una falta en ataque en el minuto diez le privó de sumar un gol a su casillero particular, pero a la segunda, el colegiado dio validez a su remate. Rúben Vezo, uno de los hombres por los que el club levantinista aspirar a obtener beneficio económico en el presente mercado de fichajes, anotó el primero del amistoso. .

Los segundos cuarenta y cinco minutos tuvieron un guion que se desvió en comparación al de la primera parte. Con una plantilla totalmente distinta, el Levante mantuvo las señas del principio. Esférico en tierra de nadie, disparo de Postigo y una serie de rebotes que terminan en gol. Fue la manera menos ortodoxa para decantar la balanza hacia el lado valenciano, pero dio un buen sabor de boca a un equipo que supo sobreponerse a momentos de incertidumbre.

A falta de dos semanas y media para que comience LaLiga Santander, el Levante registra sensaciones que invitan al optimismo. A hacer un año en el que las alegrías sean tendencia en el Ciutat.