Evenepoel no es de este mundo. El belga volvió a demostrar que es un super serie que rueda en otro planeta para despedazar la contrarreloj de Alicante y no solo salir reforzado, sino mucho más, al aparecer con carroza y con el látigo en la mano cuando la carrera llega a su primera mitad de vida. Qué barbaridad.

Evenepoel, un día más, conserva el maillot rojo. | EFE

Porque rodar a 55’6 kilómetros por hora de promedio a lo largo de 31 kilómetros es una salvajada que en la actualidad solo está al alcance posiblemente de otros cuatro corredores, todos ellos ausentes de la carrera: Wout van Aert, Jonas Vingegaard, Tadej Pogacar y Filippo Ganna, el campeón del mundo de la especialidad. Y, evidentemente, el resto de participantes en la Vuelta rodaron ayer en otra liga, exceptuando a Carlos Rodríguez, inédito en este ambiente, en una carrera de tres semanas y en una contrarreloj de nivel como la celebrada en Alicante. Acabar cuarto de la etapa y acercarse un poco más al podio, con un libro de montaña todavía por abrir en la Vuelta, con el plus extra de motivación que tendrá a partir de hoy al entrar la carrera en su tierra andaluza, fue sencillamente y sin exagerar tan brillante como impresionante y tan bonito como intensa está siendo la carrera aunque Evenepoel corra en un carril reservado para él y con la única duda de saber si será capaz de mantener este nivel, con 22 años, y a falta de la parte más complicada que llega ahora, por el calor previsto y por el desgaste acumulado en la primera parte de la carrera.

Roglic, sin rendirse, nunca había tenido a un rival tan consistente en las tres victorias consecutivas conseguidas hasta ahora. Ayer, sin ir más lejos, fue el segundo mejor del día pero sin incordiar a Evenepoel en ningún instante para situarse el segundo de la general, a pesar de la resistencia ofrecida por Enric Mas, quien debía por su moral, tal como consiguió, impedir que el ciclista belga lo doblara.

El corredor mallorquín, por fin y desde su llegada al Movistar en 2019, consiguió realizar una contrarreloj aceptable, defenderse en territorio adverso, y pese a ceder la segunda plaza, llenarse de moral para que a partir de mañana, con el regreso a la montaña, aspire, con mayor experiencia, a esperar un error físico o táctico de Evenepoel y sobre todo seguir confirmando que en los ascensos está un punto por encima de Roglic.

El alicantino Juan Ayuso no tuvo el día de cara. Se sinceró al asegurar que se levantó con dolor de cabeza y se asustó tanto que hasta se hizo tres antígenos para confirmar que el malestar no tenía nada que ver con el covid, en el día donde otros cinco corredores no tomaron la salida castigados por el virus.

Simon Yates aprovechó el «mal día», en palabras del propio Ayuso que «creía que tenía covid» ante lo mal que se encontraba al levantarse para auparse al Top 5 de la carrera a 4.50 del líder. Ayuso reveló que se encontraba mal por la mañana aunque afortunadamente los test dieron negativo en covid-19 y pudo tomar la salida. Ayuso, de tan sólo 19 años y debutante en una gran vuelta, perdió esa quinta posición por tan sólo 3 segundos se sitúa a 4.53 del líder. No obstante, pese a que ayer no se mostró contento con su rendimiento, el de Xàbia tiene esa quinta posición todavía al alcance, ya que su desventaja es apenas de 3 segundos y hasta ayer, a la espera de que supere su mal estado de salud, siempre ha ido por delante del británico Yates. «Queda mucha Vuelta», afirmaba Ayuso tras la etapa.