Hace ya un montón de años que Miguel Ángel López Egea, fotógrafo y periodista publicó un libro recopilatorio de sus reportajes en el diario ‘Las Provincia’. Uno de ellos estuvo dedicado a uno de los grandes pelotaris de Ondara, de los tiempos del Chato de Pedreguer, el Fusteret de la Llosa, Guara y demás figuras de finales de los años veinte y principios de los treinta. Con una elegancia natural Peris de Ondara fue un hombre de ideas creativas e intentó que la pilota valenciana, con sus trinquetes clásicos, traspasara las fronteras del territorio valenciano pero su objetivo no tuvo el premio de la culminación. Pero ese espíritu es propio de gentes con ideas avanzadas. Las que permitieron que Ondara dispusiera del primer trinquete cubierto y dotado de iluminación. Recinto deportivo que disfrutó de luz artificial antes que el mismísimo Mestalla pues fue inaugurado en 1956 con una partida vespertina que contó con la presencia de Rovellet, Juliet, Xiquet de Gata, Ferrer de Benaguassil, Ruiz de Museros y Rodríguez de La Marina. Por la noche en la partida de raspall fueron protagonistas Ciscar, Godofredo, Bolo, Antoniet, Tofolet y Coca. La vida de aquel trinquete fue efímera pues apenas alcanzó el año y media de existencia. Cerca de él, el viejo trinquete, inaugurado en 1872 seguía en pie hasta el extremo de que este pasado domingo se celebraba por todo lo alto su siglo y medio de vida. En él han destacado jugadores de la comarca, además del citado Peris. En los años ochenta el más destacado fue Albert, que llegó a anunciarse en los mejores carteles como un “mitger” solvente y que hoy es uno de los pilares fundamentales del club de pilota de la localidad de La Marina Alta.
Ondara fue un referente destacado en el siglo XIX en el que, en sus calles se anunciaban desafíos que han pasado a la historia escrita del Joc a Llargues, entre los más afamados pelotaris de la Marina Alta, comarca que según Rovellet, la enciclopedia viviente de este deporte, puede considerarse ‘ la mare de la pilota’- La semana de celebración ha sido intensa, con la presentación de un libro escrito por Toni Albert y Robert Miralles y que recoge tras minucioso trabajo la historia de la pelota en esta localidad. El Ayuntamiento ha querido dedicar una de las plazas del pueblo a la leyenda de Paco Cabanes y ayer, bajo la dirección técnica de Ribera, culminaban los actos con una soberbia partida de profesionales con un inmejorable cartel: Puchol II y Nacho contra Giner, Tomás II y Héctor, un trio de la comarca, que bien podría anunciarse como un duelo entre L’ Horta y La Marina, en el Joc a Llargues,de aquellos que la prensa del XIX anunciaba y que, también en Ondara,congregaban a miles de personas.
Ondara dignifica su historia con este tipo de actos y recupera el esplendor de lejanos tiempos.
