La esperanza es lo último que se pierde en el Levante

Al equipo de Calleja le toca ganar al Villarreal B y esperar los resultados del resto de rivales para apurar sus opciones de ascenso directo

Los jugadores del Levante UD, ayer en Orriols. | M.Á.MONTESINOS

Los jugadores del Levante UD, ayer en Orriols. | M.Á.MONTESINOS / rafa esteve. valència

Rafa Esteve

El pleno de puntuación, a falta de dos encuentros para que finalice la competición, sigue siendo el clavo al que agarrarse en Orriols para ascender de manera directa. Sin ser una garantía, al Levante no le queda otra tras perder la posibilidad de depender de sí mismo para volver a Primera División. El empate ante el Ibiza, y la grandísima oportunidad perdida que supuso, lastró las aspiraciones del equipo dirigido por Javi Calleja, pero los seis puntos que quedan por jugarse serán el próximo reto para que la promoción, y sus riesgos, no sea el destino de una plantilla llamada a ascender desde el primer día de competición.

A tres del liderato y a dos del segundo puesto, la dinámica del Levante no invita al optimismo. Más allá de cosechar tan solo dos victorias en los últimos diez encuentros, las formas y las imprecisiones son los motivos por los que el equipo abre interrogantes. Sobre todo, debido a las múltiples veces que se desaprovechó la oportunidad de aumentar las opciones de subir por la vía rápida. No pasar del empate contra el Ibiza agotó la paciencia de muchos levantinistas, de la misma manera en la que las esperanzas menguaron entre los creyentes de volver a Primera División. Sin embargo, la afición granota, acostumbrada a remar a contracorriente, a pelear sin cesar y a no tirar la toalla, sin tener en cuenta las circunstancias, estará en las gradas de La Cerámica. Disgustada con el rumbo del equipo, pero realizando un ejercicio de responsabilidad y de fidelidad. Más de 2500 aficionados, a la espera de que la cifra aumente, animarán, remarán y, sobre todo, irán a por una victoria que mantenga vivo el sueño del regreso a la élite del fútbol español.

El Villarreal B será el obstáculo a superar en el que será el último partido en casa y que servirá para cerrar un curso que, con sus vaivenes y sus dinámicas, ha sido exitosa después de haber sellado la permanencia. El punto conseguido en Gran Canaria (y que no aprovechó el Levante) les permitirá jugar la próxima temporada en Segunda División, pero además, seguir formando en un contexto de fútbol profesional a jugadores que aspiran a alimentar al primer equipo y hacer trayectoria, ya sea en La Cerámica o en otros clubes. Miguel Álvarez, artífice principal del logro del filial amarillo, se ha ganado el volver a liderar a un grupo de jóvenes talentos por séptima temporada consecutiva.