Entrevista

Iago Aspas: “El fútbol me gusta demasiado; quiero seguir disfrutando cueste lo que cueste”

El astro celeste reflexiona: “El año pasado quedamos muy alejados de la gente. Los niños y los aficionados que trabajan duro para pagar el carnet son los que nos dan energía positiva. Todos debemos ir de la mano para hacer un Celta más grande”

Iago Aspas.

Iago Aspas. / ALBA VILLAR

Armando Álvarez

Iago Aspas afronta el centenario céltico ya santificado en vida, pero sintiéndose aún más carne que mito. Le conmueven los capítulos que aún restan por escribir en su maravilloso relato. Un nuevo modelo futbolístico, otra gestión de sus esfuerzos, un vestuario en el que añora a Hugo Mallo... Su aventura se reinicia.

Una temporada más, pero a la vez una especial.

Todo el grupo ha trabajado muy bien durante este mes y medio. El presidente ya nos lo dijo y se palpa en los aficionados, en la ciudad… Es una temporada cargada de mucha ilusión y esperamos estar a la altura.

¿Qué impresión le ha dejado la pretemporada?

Hemos tenido rivales de buena entidad. Y más allá de los resultados, de haber ganado o perdido, hemos competido muy bien. Lo que nos interesaba era coger fondo y sensaciones de cara a la Liga.

"El físico es un aspecto a mejorar. Es lo que me dará gasolina para la temporada"

Usted llega después de un final de temporada feliz en su resolución pero supongo que frustrante; por vez primera no pudo ser protagonista debido a su lumbalgia.

Fue frustrante porque veía que no se daba el resultado que necesitábamos. Siempre decíamos que nos faltaba ganar un partido y no lo conseguíamos. Me frustraba estar con molestias; no entrenaba, no podía ayudar a mis compañeros, salía quince o veinte minutos sin estar casi ni siquiera el cincuenta por ciento… Las cosas no salían.

Ya sabemos que padece una hiperlordosis lumbar que le genera una dolencia crónica. ¿Qué tal se encuentra?

Bastante bien. En vacaciones he venido a trabajar a la ciudad deportiva algunos días. Tuve bastante descanso, que era lo que más necesitaba. Ahora me voy encontrando mejor. Es cierto que llevo sin jugar noventa minutos desde finales de abril. Son casi cuatro meses. Poco a poco he ido jugando 45 minutos en casi todos los amistosos, en alguno 60, el otro día 70… El físico es un aspecto a mejorar. Es lo que me dará gasolina para la temporada.

Con un cartel del centenario.

Con un cartel del centenario. / ALBA VILLAR

Un deportista de élite empuja su cuerpo al límite. ¿Teme que le pueda pasar factura en el futuro?

Sé que es posible, pero esto me gusta demasiado. Cuando vea que no puedo más, me iré y no habrá problema para seguir mi vida. No sé qué pasará mañana y desde luego no sé qué pasará dentro de dos años. Yo quiero seguir disfrutando dentro del terreno de juego cueste lo que cueste.

“Nos falta calidad. Lo dije en agosto y enero, y no se subsanó”, declaró usted tras la derrota ante el Cádiz en la penúltima jornada. ¿Cómo evalúa el actual proyecto en construcción?

La temporada pasada se habló, lo dije tanto en un mercado como en otro. Creo que quedó sin solucionar y así quedamos donde quedamos, salvándonos en la última jornada con ese triunfo agónico. Las cosas ya han empezado de manera diferente esta temporada. Se han firmado más jugadores. Depende de quien sea el entrenador, hacen más falta unas funciones que otras. Todo cambia o se ve desde otra perspectiva.

Independientemente de los refuerzos que aún lleguen, el gran fichaje por prestigio es Rafa Benítez. ¿Qué tal en las distancias cortas?

Bien. Sobre todo es una persona que habla mucho, que comunica y dice siempre lo que quiere. Sus equipos siempre tienen que estar muy bien ordenados. A partir de ahí, trataremos de hacer nuestro juego y buscarle las cosquillas al rival y ganar partidos. Porque aquí de lo que se trata es de ganar.

Asistimos a un cambio de modelo; del equipo propositivo, que apuesta por el balón, con todas las fluctuaciones de estos años, a uno que se aprieta contra su área tras la primera presión y que concede mayor peso al contragolpe.

Cada entrenador tiene su librillo, con sus pros y contras. La finalidad es ganar. Él cree que de esta manera, con el tipo de jugadores que tiene, será más fácil. Y vamos a muerte con ello.

¿Y usted se siente cómodo en este estilo?

Siempre que esté dentro del terreno de juego trataré de estar cómodo y ayudar a mis compañeros.

Benítez ha dicho de usted en DAZN: “Nos tiene que dar mucha calidad, que no se obsesione con la cantidad”.

Lo hemos hablado, no solo estos días en que ha salido esa frase en la entrevista. Vengo de una lesión, de tener bastantes problemas en los dos o tres últimos meses, en los que apenas pude jugar. Me iré cuidando para tratar de jugar los partidos cuando mejor esté: no jugaré el domingo tras haberme arrastrado durante la semana, por decirlo de alguna forma.

Ha cumplido 36 años. ¿De qué manera se ha ido relacionando con la evolución de sus capacidades físicas en esta etapa final de su carrera?

Uno va cumpliendo años y siempre vas perdiendo físicamente. Viene gente con 20 o 25 años que está mejor. Yo he encontrado mi tope cuanto más he avanzado en edad porque he ido entendiendo mejor el juego. Ahí ha estado mi punto. Ahora físicamente me tengo que ir encontrando. El año pasado tenía 35 años y me encontré bien hasta ese tramo final por los problemas de espalda. Espero ir estando mejor esta temporada.

¿Usted se siente capaz de asimilar ser sustituido en el minuto 60 con cierta frecuencia, por ejemplo?

Por supuesto. Yo lo que quiero es ganar. Si tengo que estar fuera… En la última jornada estuve fuera ante el Barcelona y ganamos. De hecho, entré y nos metieron un gol. No es que vayamos a ganar siempre por estar yo ni al contrario.

Su contrato finaliza en 2025. ¿Ese es el horizonte fijo para su retirada?

Primero llegaremos a 2025 y ya veremos si tengo protagonismo o he jugado menos, si me encuentro bien… Falta mucho.

"Ojalá tuviese 25 años. Pero creo que aún tengo cuerda para rato. No sé cuánto"

Llovieron las felicitaciones de la afición cuando el club recordó su cumpleaños. Pero muchos añaden: “Ojalá fuese eterno, hay que disfrutar lo que le queda”. ¿El entorno le transmite esa ansiedad ante su retirada?

Ojalá tuviese 25 años. Pero creo que aún tengo cuerda para rato. No sé cuánto. A lo mejor esta temporada acabo mal, me lesiono y me digo que mejor estoy en mi casa. No lo sé. Pero el fútbol me encanta. Me gusta disfrutar cada día, cada partido, y me gusta ganar porque soy un ganador. Espero poder hacerlo ya este domingo.

Hace tiempo que el celtismo da por descontado que usted se retirará en el Celta. Pero ahora que ha explotado la Liga Profesional Saudí, con ofertas astronómicas a veteranos de calidad, ¿se plantea ese tipo de aventura?

No. Ha habido algún acercamiento, sí te comentan o llaman a mi hermano o al otro. Pero yo siempre lo he tenido muy claro. Ya lo dije cuando vine de vuelta, hace ocho años: yo me retiraré aquí y seguiré siendo feliz en mi casa.

"¿La Liga Saudí? Ha habido algún acercamiento pero me retiraré aquí"

También se da por sentado que usted, tras colgar las botas, se integrará en la dirección deportiva. ¿Lo ha hablado ya con la directiva?

No lo he hablado. Como digo, me gustaría seguir disfrutando del fútbol y ya veremos en el futuro. Sí es cierto que es un mundo que siempre me ha encantado.

¿Más allá de su evidente talento para analizar el fútbol, se está preparando para esa transición?

No, no. Tengo tres hijos y vengo a entrenar cada día. El tiempo no me da para más. Sí me gustaría perfeccionar el inglés y todo de cara al futuro. Cuando me retire tendré tiempo para eso.

Iago Aspas, durante la entrevista.

Iago Aspas, durante la entrevista. / ALBA VILLAR

¿Pero ese instante de la retirada no le produce vértigo?

Para nada. Cuando se acabe, se acabó. Y algo bueno vendrá.

Es su primera temporada en el vestuario profesional del Celta sin Hugo Mallo. ¿Cómo lo ha encajado emocionalmente?

Ha sido difícil, sobre todo al principio. He vivido quince años con él. Recuerdo llevarlo a Marín cuando tenía 18 o venía su padrino a buscarlo a mi casa. He pasado con él a mi lado muchísimos buenos momentos, y malos también. Más que un amigo, es parte de mi familia. Por supuesto que lo echo de menos.

"He vivido 15 años con Hugo Mallo. Más que un amigo es parte de mi familia. Por supuesto que lo echo de menos"

¿En el tono de las críticas, una parte del celtismo ha sido injusta con Hugo Mallo en los últimos años?

En el fútbol siempre hay críticas y halagos; para Hugo, para mí… Igual mañana juego mal y habrá críticas, por supuesto que puede haber siempre con respeto. Para nosotros Hugo es una leyenda: capitán, más de 400 partidos. Ha dejado una huella imborrable.

La leyenda de Aspas parece intocable. ¿Ha pensado en la crueldad o la desmemoria del fútbol cuando ha oído silbidos a Mallo?

En el fútbol se olvida muy pronto lo que pasó ayer. Se vive mucho el presente. Claro que duele. Es un compañero, un amigo, un tío de la casa que se ha dejado todo por el club. El fútbol no tiene memoria.

Mallo ha preferido apartarse de la actualidad y aún no conocemos su futuro.

Yo hablo a menudo con él y mi mujer con su mujer. Tenemos muy buena relación. Ahora está esperando. Creo que la próxima semana ya tendrá algo.

Veiga centra la atención. ¿Qué tal lo ve?

Le ha pasado todo muy rápido. Ha llegado más tarde a la pretemporada, al venir del Europeo Sub 21. Ahora se habla de ofertas. Quieras o no, tiene 20 años. Es joven. Pero está entrenando como siempre. Físicamente es un toro. Va a todas las disputas, a todas las peleas. Si por mi fuera, esperaría que se quedase todos los años posibles en casa.

¿Le gusta el relevo generacional que produce A Madroa?

Ya estuvieron Jonny, Rubén, Santi, Brais… Siempre han venido compañeros detrás; siempre han salido buenos jugadores de A Madroa y esperemos que sigan saliendo. Vienen los dos Hugos, Miguel y demás. Hay buenas camadas.

En las recopilaciones propias del centenario, existe un consenso mayoritario que lo señala como mejor jugador de la historia del Celta. Al menos entre los que hemos visto jugar aquellos que vivimos. En una lista con Vicente, Manolo, Mostovoi, Karpin, Mazinho o Gustavo López, ¿qué siente al oírse así mencionado?

Sobre todo siento mucho orgullo. Porque otras veces sí que parece que el fútbol tiene memoria. Estar ya sentado en la mesa de esos jugadores es impresionante. Vi muchos partidos de Mostovoi. Era mi ídolo de pequeño. Es un orgullo.

Iago Aspas, en la Cidade Deportiva Afouteza.

Iago Aspas, en la Cidade Deportiva Afouteza. / ALBA VILLAR

Al relato del niño que miente sobre su edad para enrolarse en la cantera, que salva al club de su desaparición, que lo asciende, que lo lleva a semifinales de Copa y Liga Europa, que lo rescata de varios descensos, le falta el título. ¿Le desespera o ya no le obsesiona?

Yo voy a luchar como siempre, hasta el final, como lo hago cada día, entrenando o en los partidos. Para cerrar el círculo, para tener la carrera inmaculada, la carrera soñada que siempre quise desde niño, sería el broche perfecto.

Obviamente el camino es la Copa. Y en las últimas temporadas han caído enseguida, quizá porque la situación en Liga no ha permitido distraer energías.

Ha sido un cúmulo de circunstancias.

"Los derbis te ponen la piel de gallina. Es bonito ver a las aficiones cantar el himno gallego. Me gustaría volver a vivirlo"

También el Deportivo forma parte de su historia con aquella expulsión y su posterior redención, ejerciendo de verdugo en varios duelos. ¿Le gustaría disputar algún derbi antes de retirarse?

Claro. Siempre he dicho que me gustaría que el Dépor estuviese en Primera; no sólo para los jugadores, sino por lo que se vive alrededor de ese partido, los aficionados, la hostelería, los viajes. Lo que se vive en la semana de derbi te pone la piel de gallina. Es algo muy bonito ver a las dos aficiones cantar el himno gallego. Me gustaría volver a vivirlo.

Luis de la Fuente lo convocó, pero quizá el esfuerzo de esos días repercutió precisamente en su salud. ¿Cómo enfoca la selección española?

Lo que tenga que venir, vendrá. Si me encuentro bien físicamente y merezco ir, y si el seleccionador así lo entiende, volveré. Y si no, me quedaré aquí disfrutando y entrenando con mis compañeros.

Aunque el relevo de presidente se oficializará en la próxima asamblea de accionistas, la transición ya se ha iniciado con Marian Mouriño. ¿Cómo lo valora?

Los jugadores no lo sabemos a ciencia cierta, aunque es algo de lo que se viene hablando últimamente en la prensa. Se están produciendo muchos cambios en el club. Es también el año del centenario. Todos estamos con mucha energía positiva e ilusión por que las cosas vayan a mejor.

Antonio Chaves ha dejado la dirección general. Muchas batallas en los despachos y también muchos momentos de complicidad.

Me hizo todos los contratos salvo el del filial. Tenía riñas con él pero también es una persona muy querida y muy especial para mí y para mi familia. Hemos hablado muchísimo sobre fichajes, me preguntaba por jugadores… Tenía un feeling especial con él. Me alegraré de que en el futuro le vayan las cosas muy bien.

El club ha completado el cupo disponible de abonados. El himno de C. Tangana ha catalizado ese entusiasmo. Existe una corriente popular que impulsa al equipo.

No lo hablé con nadie del club, pero desde mi punto de vista como jugador y como uno de los capitanes, el año pasado quedamos muy alejados de la gente; casi todo a puerta cerrada, pocas entrevistas. Lo que nos da esta energía positiva son esos niños, esos aficionados que viven el Celta cada día y se enfadan cuando perdemos, que se van jodidos a casa y trabajan duro para poder pagarse el carnet. Todos tenemos que ir de la mano para hacer un Celta más grande.

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