El Jumbo impone su tiranía en el Angliru

Nueva exhibición de fuerza del equipo del líder: Ganó Roglic, Vingegaard fue segundo y Kuss sigue líder de la Vuelta

Roglic prolonga la fiesta del Jumbo en la Vuelta. | EFE

Roglic prolonga la fiesta del Jumbo en la Vuelta. | EFE / sergi lópez-egea. enviado especial

sergi lópez-egea. enviado especial

Son los mejores y nada se puede hacer ante el poderío abismal del equipo Jumbo. Da igual la montaña que suban, el Tourmalet o el Angliru. Siempre llegan los tres primeros de la general en las tres primeras posiciones de la etapa, hasta el punto de que las circunstancias invitarían a iniciar esta crónica con el destacado de que Mikel Landa conquista la gran cima asturiana al cruzar la meta en la cuarta posición.

Poco o nada más se puede hacer en la Vuelta, eso sí, abierta en cuanto a saber quién será el vencedor final entre un Sepp Kuss a la baja, un Jonas Vingegaard con muchos números y un Primoz Roglic con más segundos de la cuenta en su casillero.

Da lo mismo que haga calor o que la niebla cubra los últimos kilómetros del Angliru. De poco sirve, en el monumental atasco de público y ciclistas, entre rampas de garaje, allí donde crece la Cueña de les Cabres, que los aficionados se queden afónicos de gritar aquello de ‘¡vamos Landa!’ porque el titánico esfuerzo del corredor alavés, en su mejor día, no sólo desde que empezó la Vuelta sino el Tour, sólo le vale para fundir a su equipo y salvar el liderato a Kuss cuando sus dos compañeros, Vingegaard y Roglic (vencedor en el Angliru), lo dejaron olvidado a dos kilómetros de la cima. Mientras, Juan Ayuso y Enric Mas se distancian de lo que ya antes de empezar la etapa parecía una misión imposible, subir al podio de Madrid al lado de dos Jumbos.

Y que, sobre todo, sintieron la respiración de los tres de la general, los tres mejores de esta Vuelta y al menos dos de ellos, Vingegaard y Roglic, los dos mejores del mundo con el permiso del ausente Tadej Pogacar. Roglic aceleró en la Cueña de les Cabres para romper el plan de Landa y su equipo por ganar la etapa. Y pasó lo de todos los días, como si fuera el plan habitual de desayunar, almorzar y cenar. Los tres de la Vuelta se quedaron solos, distanciaron a los demás hasta que a dos kilómetros de la cima las piernas de Kuss dijeron basta para abrirse y para que ni Vingegaard ni Roglic lo esperasen. Hoy etapa 18, pola de allande-la cruz de linares (179 KM) con 5 puertos.