Fútbol

João Félix se apaga en el Barça

Con 0 goles en los últimos 10 partidos, el portugués da muestra de su irregularidad

Joao Félix, en el partido ante el Shakhtar.

Joao Félix, en el partido ante el Shakhtar. / EFE

Marcos López

Llegó el último día de mercado. No vino solo João Félix porque también apareció por Barcelona el otro João. Era Cancelo. Ambos prestados, uno por el Atlético, que se lo quería sacar de encima, y otro por el City, donde Guardiola no quería volver a encontrarse con el defensa portugués. Signo de la endeblez económica del Barça desde hace años, víctima de su despilfarro porque tiró entonces el dinero que ahora ya no tiene.

Malgastó fortunas en Dembélé, Coutinho y hasta Griezmann, a los que luego regaló. Así aparecieron los Joãos por Montjuïc. Sobre la campana para aportar calidad a una plantilla encogida y raquítica, obligando, además, a Xavi a modificar su estructura táctica, ahora colocada bajo sospecha por estos días negros que vive con la derrota en el clásico y en Hamburgo.

Al exatlético le encontró pronto acomodo en el flanco izquierdo del ataque. Allí donde jugó Gavi cuando el Barça de los cuatro centrocampistas se expresaba feliz la pasada temporada. Al excitizen le destinó primero al lateral derecho –su posición natural por mucho que en Manchester ejerciera también de lateral zurdo- y hasta le inventó un rol (Madrid y Real Sociedad) de extremo/interior/ que tuvo vida efímera. Dos partidos y vuelta atrás de Xavi. 

Excelente inicio

De vuelta hacia atrás anda también el rendimiento de João Félix, un talento natural que no halla su sitio adecuado. Con Simeone jamás congenió. En el Chelsea, y durante una corta cesión de seis meses, tampoco se asentó. Y en Barcelona, empezó de maravilla irradiando luz y creatividad al juego ofensivo. Firmó tres goles (uno al Betis y dos al Amberes) y tres asistencias en sus primeros cuatro partidos con la camiseta azulgrana, transformado en uno de los motores del ataque.

Había encajado de maravilla, tal si el dibujo de Xavi estuviera diseñado a la perfección para ese nómada futbolista que desea demostrar a todos lo que es. Y sobre todo a él mismo. Un jugador distinto, decisivo. Es joven (tiene 23 años), pero apareció tan joven en la elite que da la sensación de que el tiempo se le acaba.

Joao Félix y Dani Carvajal.

Joao Félix y Dani Carvajal. / EFE

Ese excepcional arranque llenó de esperanzas al técnico, quien veía al inicio con reticiencias la llegada del ¿delantero? portugués. ¿Delantero? ¿Media punta? ¿Falso extremo? ¿Interior ofensivo? Todo eso es este futbolista. "João Félix no solo le gusta al presidente, nos encaja a todos", dijo el entrenador a inicios de septiembre abriendo los brazos a su llegada. "Es un talento natural, un jugador rápido que puede jugar por la izquierda, por dentro, se puede adaptar a las tres posiciones de arriba", argumentó entonces Xavi.

Y ayudó pronto João Félix con esa excepcional entrada en el universo culé. "Soy feliz", sostenía él. No hacía falta que lo dijera. Se le notaba en su juego. Sentía como si hubiera vuelto a aquel inicio en el Benfica que provocó que el Atlético pagara 127,2 millones de euros por un joven de 19 años para tapar la marcha de Griezmann al Barça. Pagó una fortuna el club rojiblanco, tal si fuera el Barça con Coutinho, Dembélé o Griezmann, por alguien que nunca encajó. De ahí que esos primeros pasos como azulgrana le devolvieran la confianza en sí mismo. 

Poco peso

Ahora, en cambio, João Félix se ha ido apagando. Su fútbol ya no es tan luminoso. Su rendimiento, tampoco. No es cuestión de goles, que también, sino de que su peso en el equipo ha disminuido, lo que ha afectado a la estructura que montó Xavi. Hay muchos Barça en la cabeza del entrenador. Pero necesita que exista desequilibrio e impacto en el área contraria, algo que se ha perdido en los dos últimos meses.

Desde el pasado 19 de septiembre no ha festejado el portugués ni un solo tanto. Ocurrió ante el Betis en Montjuïc coincidiendo con aquel período en el que el propio entrenador calificó como "el mejor" de su etapa. 5-0 al equipo andaluz; 5-0 al Amberes. Fue, y no se supo entonces, la ‘semana João Félix’.

Luego, el vacío. Luego, 10 partidos consecutivos sin anotal un gol, síntoma más que evidente del declive ofensivo. Tanto suyo como del Barça. Ha dejado de marcar y hasta de asistir porque sus dos últimos pases de gol (uno en Granada y otra en Montjuïc, decisivo su regalo a Marc Guiu) acreditan ese inesperado apagón de João Félix.

Y Xavi necesita que vuelva a encender el interruptor porque cambió todo, hasta su dibujo, para hacerle un lugar en el Barça, tal vez la última oportunidad, por duro que resulte siendo tan joven como es, para que el talento derrote a la irregularidad.