Pogacar pierde por un suspiro la primera etapa de la Volta

El UAE Team controló el estreno de la ronda pero no pudo evitar el ataque en el último kilómetro

Sergi lópez-egea. barcelona

Nicholas Schultz, un ciclista australiano de 29 años, le podrá contar a sus nietos que un 18 de marzo de 2024 le ganó una etapa en Catalunya a Tadej Pogacar, uno de los mejores corredores de todos los tiempos. Podrá presumir de haber obrado con inteligencia, que por detrás le llegaba un obús humano, que su ataque a un kilómetro de la meta de Sant Feliu de Guíxols fue un presagio hacia la victoria al aprovechar, quizás, el único pequeño despiste del UAE en el control del estreno de la ronda catalana. Y hasta habría que agradecerle a Schultz que evitase que la Volta se convirtiera en un monólogo de Pogacar desde el primer día porque, salvo sorpresa monumental, es previsible que el fenómeno esloveno ejecute hoy a sus contrincantes en la primera llegada montañosa, en Vallter 2.000, con salida en Mataró.

La diferencia es tan abismal, que resulta algo más que una hazaña tratar de ganar a Pogacar si el protagonista que lo intenta no lleva por nombre Jonas Vingegaard, quien descansa entrenando a la espera de la Itzulia (del 1 al 6 de abril). Lo que hizo Schultz en Sant Feliu es para que se lo guarde, para que presuma con todos; una brutalidad, sin más.

Ganó por un suspiro, porque si la Volta coloca la línea de llegada 50 metros más adelante Pogacar se lo come con patatas tras una arrancada impresionante, con todos los vatios del planeta en sus piernas, sin que nadie pudiera responderle, porque quería ganar en el mismo sitio que lo hizo hace un año su compatriota Primoz Roglic. Entre sonrisas se estrenó en la Volta, ya desde antes de partir se puso en la primera fila, porque tenía que salir en la foto protocolaria, para estar todo el día al frente del pelotón con sus compañeros del UAE en busca de la proeza de ser líder desde el primer día. Lo impidió Schulz y aunque volvió a reír tras cruzar la meta en segunda posición, seguro que no le hizo ni pizca de gracia.