El mosaico vítreo de Onix recrea los cielos de París en las bóvedas del metro
Miles de teselas generan un efecto óptico que permite ver los cambios de color del alba y del crepúsculo en la estación Charles de Gaulle-Étoile
Los usuarios del metro Charles de Gaulle-Étoile, estación situada bajo el flamante Arco de Triunfo de Paris, se sumergirán en una inesperada experiencia. Se trata del proyecto de reforma de los nueve túneles de la estación que conectan el metro con los trenes RER. En sus bóvedas y muros, se recrean los diferentes colores del cielo de París revestidos con las teselas de la firma castellonense Onix.
La RATP, el operador del transporte público de la capital francesa, decidió remodelar las conexiones que conforman la estación, y su equipo de arquitectos ARC se apoyó en el estudio multidisciplinar de diseño parisino Studio Plastac. Los creadores han sido capaces de convertir los subterráneos pasajes en espacios llenos de vida recreando en sus bóvedas los intensos y cambiantes colores del cielo de la capital gala.
«El viajero en movimiento percibe los degradados y matices de los colores en cada una de las bóvedas de los túneles que suben y bajan de una planta a otra a través de unas escaleras mecánicas, se proyectan los colores en movimiento de cada momento del cielo llevando al viajero al alba o al crepúsculo. Aquí se entremezclan diferentes tonalidades y degradados en las miles de teselas azuladas, rosadas, violáceas, anaranjadas o amarillas, todas de mosaico vítreo», se explica desde Onix.
Se trata de una brillante intervención gráfica y proyectual bajo la forma de «bóvedas celestes» como describen sus autores. «Imaginamos las bóvedas y sus muros como el cielo en el que el viajero puede percibir los matices evocando ciertos momentos del día, suspendidos, en transición», añaden los diseñadores de Studio Plastac. Y este juego de miles de matices solo se podía realizar con un mosaico especial.
Evocación tradicional
Las paredes de los pasillos y túneles que conectan la gran estación también se revisten de miles de piezas de mosaico vítreo en blanco, inspirándose en la tonalidad tradicional del metro parisino. El mosaico vítreo de los blancos se utiliza en una combinación muy sutil de mates y brillos, para dar vida a las extensas conexiones. Además, los grafistas abordan las transiciones de colores a través de diferentes juegos gráficos en los que varían las diferentes tonalidades a través de una serie de tramas o tejidos conformados por las pequeñas piezas vítreas de ONIX.
Las transiciones de las tonalidades tenían que ser muy sutiles para poder generar un efecto óptico de movimiento y un cambio de percepción de cada cielo. A través de la realización de un delicado contraste de tonalidades y de los diferentes diseños de disposición de las piezas, finalmente se ha conseguido descomponer los colores.
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