Los hoteleros están viviendo con cierto desasosiego un cambio en el mercado del alojamiento turístico que deja una paradoja: pese a que sigue habiendo más turistas, decrece el número de clientes y de pernoctaciones que utilizan estos establecimientos. Hace unos días, la encuesta de coyuntura hotelera del INE ya certificaba una caída del 4% de viajeros en hoteles en julio, especialmente del extranjero (-6,69%). En la C. Valenciana, la caída fue más moderada, del 2,65%.
Los empresarios del sector llevan años denunciando y reclamando medidas contra el alojamiento clandestino que se desarrolla a través de viviendas particulares, comercializadas en plataformas tipo Airbnb. Pero el alojamiento hotelero no es el único que está sufriendo por esta competencia.
Según la encuesta de ocupación conocida hace unos días, las empresas de apartamentos turísticos, la oferta reglada, también perdió en julio un 8,13% de clientes. 23.529 turistas menos que el año anterior escogieron este tipo de establecimiento para alojarse. En cuanto a las pernoctaciones, durante el primer gran mes del verano se produjeron 1,85 millones de noches contratadas, con una caída de casi el 12%, que en el caso de los extranjeros llega al 16%.
El fenómeno fue similar en toda España, con una caída del 7,6% en pernoctaciones en apartamentos gestionados por empresas.
