Seis meses después de aprobar el plan estratégico con el que pretende garantizar su viabilidad, la Fundación Caja Mediterráneo da los primeros pasos para poner en marcha una de las medidas más dolorosas del documento: el recorte de su plantilla. La institución presidida por Luis Boyer ha comunicado esta semana a la autoridad laboral su intención de iniciar las negociaciones para la aplicación de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) con el objetivo de reducir los gastos fijos de funcionamiento que soporta y que superan, con mucho, su capacidad de generar ingresos.

Lo que no está claro todavía, y dependerá de la negociación, es el número de trabajadores afectados del total de 40 con los que cuenta la fundación.