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Air Nostrum, entre su crecimiento y la paz social con los pilotos

La negociación del convenio colectivo endurece la posición de los pilotos, que ven una amenaza en la externalización de algunas rutas pese a que la empresa ha contratado 17 aviadores y promocionado a 27 comandantes

Pese al crecimiento de la actividad de Air Nostrum y su horizonte repleto de nuevos proyectos, la relación con los pilotos está empañando el buen año de Carlos Bertomeu. La aerolínea valenciana no consigue rebajar la tensión que se arrastra desde principios de 2018.

El sindicato Sepla hizo público hace unos días un comunicado alertando sobre una supuesta estrategia para «vaciar» la compañía de su negocio tradicional (los vuelos regionales para Iberia) y externalizarlo a firmas con menores costes. Era la respuesta del colectivo al anuncio de que la empresa Medavia Operaciones, adquirida hace poco por los socios de Air Nostrum, va a operar algunos vuelos que la valenciana realiza entre las islas baleares. La compañía niega que esta externalización suponga un vaciado de actividad de Air Nostrum y lo justifica con hechos. Este año han llegado seis nuevos aviones, se ha contratado a 17 pilotos, se ha promocionado a 21 comandantes, y en unos meses se elevará a seis más. La actividad crece y, con ella, la plantilla y la flota.

En realidad, las críticas de los pilotos no surgen de la nada. La disputa coincide con la negociación del convenio colectivo, prorrogado desde este 1 de enero y que ya acumula más de 20 reuniones. De hecho, no es la primera vez que el colectivo endurece su posición este año.

El pasado febrero la asamblea de pilotos tumbó un acuerdo de flexibilidad que la dirección y el comité de empresa habían cerrado para alargar los destacamentos de sus pilotos en Europa más allá de los cinco días que establece el convenio. Este acuerdo facilitaba la operativa que Air Nostrum realiza para empresas como Croatia Airlines, SAS o Lufthansa.

Al igual que Air Nostrum se apoya en pequeñas compañías para cubrir sus rutas, la valenciana presta sus aviones y tripulación a gigantes europeos que no tienen capacidad suficiente ante picos de demanda. Es un mercado creciente y prioritario para Bertomeu; y unos trabajos, por otro lado, muy bien remunerados para los pilotos.

¿En qué contexto se enmarca esta disputa en el seno de la compañía? La industria aeronáutica y en particular Air Nostrum viven una época de cambios. Entre 2008 y 2013, la crisis se llevó por delante 69 aerolíneas regionales.

La lección extraída por Bertomeu y sus socios para blindar Air Nostrum de un sector de fuerte estacionalidad y picos de demanda, ha sido diversificar el negocio. Bertomeu pretende convertir su grupo en un gigante de la operación regional que dé capacidad a grandes grupos. Y eso requiere flexibilidad.

Todo apunta a que es ahí donde está chocando la firma valenciana con un sector que históricamente ha tenido tanta capacidad de influencia en la organización de las aerolíneas. «La dirección de Air Nostrum ha puesto en valor muchas veces la profesionalidad de los pilotos de la compañía, pero no puede admitir que el Sepla pretenda controlar la organización de la producción», zanja la empresa.

Esa flexibilidad se consigue con la externalización. Ante un pico de demanda como el de Baleares, donde Air Nostrum ha programado este invierno un 16% más de plazas, se ha recurrido a la maltesa MedOps, que además es del mismo grupo y a la que se ha traspasado pilotos. Este año, otras compañías como Canary Fly o DAT están cediendo capacidad aérea a Air Nostrum para atender un crecimiento que se cifra en el 10% de pasajeros.

La externacionalización, señalan, es la forma de proteger a la plantilla. «Air Nostrum necesita herramientas de flexibilidad. La aviación comercial es un modelo de negocio con altos costes fijos que deben poder reducirse rápidamente en caso de cambio de tendencia para preservar el empleo», señalan fuentes de Air Nostrum.

«En 2009, Air Nostrum tenía subcontratada la operación de 7 aviones propios con Denim Air, una compañía holandesa especializada en wet lease. Cuando llegó la crisis, la primera medida que Air Nostrum adoptó al reducir la producción fue rescindir su contrato con Denim Air y gracias a ello, el colectivo de pilotos de Air Nostrum vio protegido su empleo», señalan.

En este contexto, Air Nostrum insiste en que la actividad está garantizada: «La empresa firmó en junio un acuerdo de organización de la producción con el colectivo de pilotos, fundamentalmente para proteger el empleo en Air Nostrum en caso de que se produjera una bajada del número de operaciones. Los pilotos de la compañía tienen garantizado que antes de que haya despidos por causas económicas o por bajadas de producción se prescindirá de las compañías a las que se haya alquilado aviones con tripulación». Durante la crisis, de hecho, no se despidió ni a un piloto pese a reducir un 24% la capacidad aérea.

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