Un centenar de apicultores de COAG se concentraron ayer en València para exigir al Ministerio de Agricultura un cambio en el etiquetado de la miel con el fin de que indique el país de origen del producto y el porcentaje de mezcla que llega al consumidor.

Los apicultores denuncian que la miel que llega a España de otros países no tiene el control de calidad que se exige a los productores españoles, que venden su producto por debajo de los costes de producción, de 2,65 euros el kilo, en algunos casos a 2,30 o 2,20 euros.

El técnico de la agrupación de apicultores de COAG-CV, Enrique Simó, aseguraba ayer que en muchos casos la industria no quiere la miel y no ofrece precio, y en estos momentos el 80 % de la miel producida este año (de los 3 millones de kilos de producción anual en la Comunitat Valenciana) no se ha vendido y permanece en los almacenes.

Una veintena de productores vestidos con el equipo de protección mostró el proceso de fabricación de la miel en la protesta, que se llevó a cabo ante el complejo administrativo 9 d'Octubre. Portaban pancartas con lemas como «Miel sin cuentos chinos», en referencia a que gran parte de la miel que se consume procede de China y la que se vende en los supermercados es una mezcla de mieles originarias y no originarias de la UE, según marca el etiquetado.