El presidente de la patronal española CEOE, Antonio Garamendi, hizo ayer en València una defensa de la España constitucional, aunque sin inmovilismo. Con apenas un mes en el cargo, visitó la ciudad en una jornada intensa que se inició a primera hora de la mañana con un desayuno informativo organizado por la Cadena Ser en el que se declaró partidario de una España «diversa y plural» donde «Bilbao o València son España y no solo la capital», en referencia al centralismo madrileño. Como ejemplo de su modelo puso a los empresarios valencianos, «que defienden el corredor mediterráneo pero también son leales al país».

Nada que ver con Cataluña, aunque no lo expresó así. «Es incomprensible el daño que se están haciendo los catalanes», afirmó antes de recordar la fuga de empresas y la caída de la inversión que padece esa autonomía por la deriva independentista. Y añadió que lo que está sucediendo allí «no es bueno para nadie». «La inestabilidad catalana nos afecta a todos y nos gustaría que con diálogo y moderación se arreglaran las cosas, pero siempre dentro de la ley». Preguntado por el Estado de las autonomías, Garamendi aseguró que «el país que nos dieron es el que nos ha hecho avanzar; es la España constitucional, que ha funcionado bien. Hay que ajustar, sí, y revisar las balanzas fiscales con responsabilidad» y para ello «hay que sentarse a negociar».

El presidente de la CEOE eludió otras cuestiones políticas que le formularon pero hizo una defensa sin fisuras del rey, por una capacidad de representación, sobre todo en el exterior, «que no tendría una república», y por su papel de moderación: «Si no hubiera estado él, no sé cómo habríamos resuelto el año de elecciones fallidas». Garamendi sí expresó su malestar respecto a la situación del diálogo social, que considera «clave» en un país «cada día más fragmentado políticamente». Así, confía en que tal y como le ha asegurado la propia ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, no exista preacuerdo entre Gobierno y sindicatos sobre la reforma laboral. De ser así, sería «una ruptura total del diálogo social», advirtió.

La patronal no entendería que «se dinamite el diálogo social por Real Decreto como ha pasado con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI)», afimó al respecto. El presidente de la CEOE añadió que «las relaciones del día a día con miembros del Gobierno y con líderes sindicales es supercordial». Tanto la ministra como los dirigentes de UGT y CC OO le han negado un preacuerdo. «Yo confío en lo que la gente ha dicho. Si dentro de 15 o 20 días vemos que las cosas estaban hechas será una prueba», concluyó.