Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Eléctrico y aliado con Volkswagen: así es el 'restyling' de Ford Europa

Almussafes, que ya fabrica la versión híbrida del Mondeo, va a incorporar nuevos modelos electrificados

La nueva estrategia que Ford está trabajando y que irá desplegando los próximos meses busca encajar el futuro de la compañía dentro de la encrucijada de desafíos que afronta el sector automovilístico. La presentación del plan de reestructuración que ayer explicó la central de Colonia (Alemania) confirma los mensajes que corrían desde hace tiempo en el sector.

El primero es que el óvalo azul necesita electrificarse. Todos los modelos, y también los que se ensamblan en la fábrica de Almussafes, van a tener su réplica eléctrica, ya sean híbridos, híbridos enchufables o 100 % eléctricos. Y eso implica inversiones, que se suman a las que Ford está desplegando en estos momentos en España para lanzar el nuevo Kuga en unos meses.

Hace justo un año, el fabricante anunció en el Salón del Automóvil de Detroit 2018 su decisión de elevar a 11.000 millones de dólares sus inversiones en el desarrollo de automóviles eléctricos hasta el año 2022.

Parece que el horizonte 2020 y el impulso definitivo a las motorizaciones alternativas (que ya llevan años ganando cuota) ha llevado a Ford a dar el paso. Hace unas semanas, y dentro de la remodelación de la cúpula europea, la multinacional nombraba al veterano directivo Steve Hood como responsable para vehículos eléctricos en Europa.

Es un cargo de nueva creación que anticipaba el compromiso con un segmento donde, hasta el momento, el único modelo electrificado que Ford fabrica en Europa es el Mondeo híbrido que se monta precisamente en Almussafes.

En este sentido, la marca que fundó Henry Ford va a remolque de una industria que lleva años adaptándose a las nuevas tendencias de mercado y al imperativo de reducción de emisiones al medio ambiente. La apuesta eléctrica de la alianza Nissan-Renault, los asiáticos Toyota y Hyundai e incluso los movimientos en este campo de la alemana Volkswagen han dejado rezagada a la multinacional norteamericana.

Mejor acompañado, menos costes

En este contexto, el acuerdo en que están trabajando Ford y Volkswagen parece clave para dar un impulso a la electrificación. La alianza que anunciarán ambos fabricantes dentro de unos días en el Salón del Automóvil de Detroit podría ir más allá del ya conocido desarrollo conjunto de vehículos comerciales (furgonetas) y adquirir una dimensión «global».

Fuentes citadas por Reuters apuntan a que esa alianza podría suponer también compartir tecnología para la fabricación de coches autónomos y eléctricos que les permitiría ahorrar costes. Esta posibilidad se enmarca en la desaceleración que están viviendo los mercados estadounidense, chino y europeo y que están empujando a la baja las ventas y obligando a la industria a reducir costes.

Volkswagen estaría especialmente interesado en las furgonetas comerciales de Ford, en concreto, en el modelo Transit y en la camioneta Ranger. Además, también pretende aprovechar las fábricas de la compañía en EEUU, donde la firma germana ya anunció el pasado diciembre que tenía intenciones de hacerse con alguna factoría en suelo estadounidense, algo que reconoció el propio Herbert Diess.

Procesos de concentración

«Necesitamos una planta adicional para Volkswagen y Audi, podríamos usar la capacidad (de Ford) en EEUU para construir vehículos para Europa», dijo el CEO del grupo alemán. Para Ford, el nuevo acuerdo le permitiría la producción masiva de vehículos eléctricos en su lenta transición hacia la electrificación de la marca, apunta Reuters.

Esta alianza, además, permitiría a Ford reforzar su posición en una industria que la última década ha vivido varios procesos de concentración y en el que, al menos en el viejo continente, se ha quedado como el único que galopa en solitario. Frente a esto, Citroën, Opel y Peugeot forman parte del mismo grupo, como Seat, Skoda, Audi y Volkswagen, o Nissan y Renault, aliados también con Mitsubishi.

Las alianzas, en un contexto de demonización del diésel, de desaceleración económica y de cambio culturales hacia el coche compartido, han permitido a otros fabricantes sobrellevar mejor este ciclo de turbulencias.

Compartir el artículo

stats