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Transportistas y exportadores se la juegan si se llega a un 'brexit' sin acuerdo

La patronal y la Cámara urgen a las empresas a tomar ya medidas para adaptarse a la nueva situación, en la que el Reino Unido se va a convertir en un país tercero y donde los costes y los trámites burocráticos se van a incrementar considerablemente

El transporte será uno de los sectores más afectados por el 'brexit'. daniel tortajada

La política europea suele ser una caja de sorpresas, donde las hecatombes pronosticadas se convierten en el último minuto en parches que salvan la situación, pero lo cierto es que, en estos momentos, y después de la clamorosa derrota de Theresa May el martes en el parlamento británico, el denominado brexit pactado se antoja difícil y parece más factible la salida sin acuerdo. ¿Cómo afectará a la economía valenciana? ¿Están preparadas las empresas? Tanto la patronal autonómica CEV como la Cámara de Comercio de València coinciden en urgir a las mercantiles a acelerar todos los trámites para hacer frente a un escenario desconocido y más que inquietante.

El responsable del departamento de estudios de la CEV, Ricardo Miralles, afirma que, se produzca cuando sea la salida -traumática el 29 de marzo o en junio o pactada en 2020- lo que es seguro es que el Reino Unido se convertirá en país tercero por lo que respecta a la UE y además estará en el limbo, sin tratado comercial. Hay dos versiones. La dura anticipa un colapso en el comercio, sobre todo en el corto plazo, mientras que la suave implica una cambio de reglas total pero ordenado. Miralles coincide con el director del departamento de Internacional de la Cámara, Vicente Mompó, en que las empresas valencianas deben acometer de forma urgente medidas para adaptarse a la nueva situación, singularmente aquellas que solo exportan a la UE, porque han de ser conscientes de que el Reino Unido se convertirá en breve en un socio tan complicado tal vez como China.

Las grandes empresas ya han puesto en marcha programas para adaptarse, las medianas «están en ello», pero las de menor tamaño lo tienen casi todo por hacer y, como se dice, deben ponerse las pilas, porque el futuro de las relaciones comerciales con el Reino Unido está pintado con aduanas, inspecciones, trámites burocráticos y controles fitosanitarios que, como explica Miralles, van a encarecer los productos que se exporten y ralentizar la llegada de los mismos a su destino.

El transporte y todo el sector logístico, junto a las empresas de actividades que exportan a las islas británicas pero no lo hacen a terceros países y, por tanto, carecen de la práctica y el conocimiento que conlleva tener otros mercados son dos de los colectivos que se verán seriamente afectados por un brexit duro. En la segunda categoría se encuentran subsectores como el automóvil, el calzado, los bienes de equipo, las manufacturas de madera o la cerámica. Mientras la patronal incluye también al poderoso sector agroalimentario, Vicente Mompó cree que en esta actividad «todo seguirá igual» porque el Reino Unido se provee de una parte considerable de alimentos en la Europa continental, en especial la mediterránea, «y no van a dejar de comer aunque haya un brexit duro». Ahora bien, si las empresas valencianas se duermen en su adaptación a la nueva realidad, se pueden ver sobrepasadas por sus homólogas de Italia o Grecia y, por tanto, perder más cuota de mercado.

Respecto al turismo, Ricardo Miralles asegura que, al margen de las demoras que impliquen los controles fronterizos, el principal efecto dependerá de la cotización de la libra. «Con brexit duro, se va a reducir la renta de los británicos porque el Reino Unido lo va a pasar mal», afirma. De hecho, la libra ya se ha devaluado un 17 %. Podría ir a más. El directivo de la CEV cree que los paquetes turísticos para esta año ya están vendidos, pero «a futuro pueden haber efectos, incluso en el residencial».

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