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Balance

Masymas prevé facturar 300 millones este año tras crecer un 3,4 % en 2018

La cadena familiar de supermercados invertirá 12 millones, abrirá 4 tiendas y creará 65 empleos en 2019

Juan José Fornés, director general de Masymas. levante-emv

La empresa familiar Juan Fornés Fornés, distribuidora de las enseñas de supermercados Masymas y Fornés by Masymas, suma y sigue. La tercera firma en el ranking del negocio de la distribución de capital valenciano tras Mercadona y Consum ha incrementado sus ventas un 3,4 % en el pasado ejercicio hasta alcanzar los 295 millones de euros y su plantilla se eleva ya a 2.565 empleados.

La mercantil con sede social en Pedreguer y dirigida por José Juan Fornés tiene previsto un crecimiento similar al del año pasado durante 2019. De este modo, contempla entre 3 y 4 aperturas (dos de ellas en Alicante) y otras tantas reformas, así como conseguir una facturación en torno a los 300 millones de euros y crear 65 nuevos puestos de trabajo a lo largo del ejercicio.

En la actualidad roza ya los 111.000 metros cuadrados tras abrir el año pasado 5 nuevos establecimientos en las provincias de Alicante y València. El número total de tiendas se sitúa en 129 tras cerrar algún local del grupo y sustituir algunas de las nuevas aperturas a otros centros de la misma localidad que no podían responder al nuevo modelo de tienda por falta de espacio. Su red comercial está ubicada en la Comunitat Valenciana y Murcia, donde piensa seguir creciendo.

Platos para llevar

La cadena también avanza en la implantación de un nuevo modelo de establecimiento con una sala de ventas en torno a los 1.200 metros cuadrados, a la que suma aparcamiento para vehículos de clientes y mantiene la apuesta por el producto fresco con las secciones de carnicería, charcutería y pescadería, atendidas en mostrador por personal especializado. Además, cuenta con una sección de cocina, donde se elaboran platos caseros para llevar. Entre las mejoras en materia de sostenibilidad ha implantado medidas de ecoeficiencia que permiten reducir hasta un 30 % el gasto energético con respecto al de una tienda tradicional. Y destaca el aislamiento de la envolvente del edificio, el uso de tecnología LED en iluminación o la instalación de congeladores y murales de frío con puertas con el fin de evitar pérdidas.

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