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Aerolínea

Los pilotos sellan el acuerdo y Air Nostrum se asegura la paz social hasta abril de 2020

La aerolínea afronta un año decisivo para la futura alianza con CityJet y logra también medidas de flexibilidad

Carlos Bertomeu, en una comparecencia reciente ante los medios en la sede de la empresa. fernando bustamante

No habrá más sobresaltos. Al menos durante un año. El colectivo de pilotos de Air Nostrum ha ratificado el acuerdo alcanzado entre la compañía y el sindicato mayoritario Sepla tras la huelga de la pasada Semana Santa. El texto pactado blinda la reclamación del Sepla respecto a limitar la externalización de producción a otras compañías. La aerolínea no podrá recurrir a otras empresas por encima de un 20% para los vuelos que realiza en régimen de franquicia para Iberia.

Como contrapartida, el sindicato se compromete a no llevar a cabo nuevas protestas ni huelgas hasta el 15 de abril de 2020, ni en lo relativo a este acuerdo ni respecto a la negociación del convenio colectivo, actualmente prorrogado y cuyas negociaciones estuvieron muy cerca de llegar a buen puerto hace unas semanas.

La paz social es vital para Air Nostrum, tras vivir en seis meses dos huelgas, algo que nunca ocurrió en sus 25 años de historia. La aerolínea se enfrenta a un 2019 decisivo, en el que se va a producir el canje de acciones con la irlandesa CityJet dentro de la creación del holding que va a controlar las dos empresas: el mayor grupo independiente de aviación regional en Europa. Carlos Bertomeu, dueño de la firma, necesita buenos resultados en el actual contexto adverso para el sector aeronáutico. De la fortaleza de su empresa dependerá el porcentaje de control que obtenga en el futuro holding, donde quiere ser el pez grande.

Con su visto bueno, el colectivo concede una tregua. Había dudas al respecto: en el último año y medio, la asamblea ha tumbado otros acuerdos entre sus representantes y la dirección. El último, en noviembre, tras la primera huelga. La empresa confía en que esto siente «las bases de un marco de paz social prolongado».

En este pacto, Sepla se ha garantizado mecanismos que permiten blindar ese límite a la externalización del 20%. El sindicato, ante todo, quiere proteger la carga de trabajo con su cliente principal, Iberia, así como su flota de reactores. En concreto, en ese 20% de externalización incluirá toda empresa ajena a Air Nostrum, aunque esté participada por Bertomeu, como la maltesa MedOps, o cualquiera que forme parte del holding al que pertenezca la aerolínea.

Además, nunca habrá más reactores de otras firmas realizando operaciones propias que los que tenga Air Nostrum trabajando en régimen de wet lease out para compañías europeas como Lufthansa.

Este conflicto, como se ve, surge de las necesidades de flexibilidad que tiene la firma para acometer su diversificación. Desde la crisis de 2008, Bertomeu ha abierto diferentes negocios y vías de ingresos para minimizar riesgos. La vocación es la de convertir una aerolínea en un grupo de servicios para el sector.

Ahí se enmarca la política de prestar aviones en régimen de wet lease a grandes aerolíneas con picos de demanda. Es una vía de negocio creciente, y clave, en opinión de Bertomeu. La volatilidad del sector, con aumentos y caídas de carga de trabajo, sumado al elevado coste de adquirir aviones y plantilla fija, ha convertido el alquiler de aparatos y tripulación ( wet lease) en una alternativa muy eficiente.

Dura negociación del convenio

Lógicamente, destinar recursos propios a esa actividad obliga a Air Nostrum a recurrir a empresas terceras para operar parte de su actividad tradicional, los vuelos para Iberia. Es en esa tensión entre recursos que salen y que entran donde se ha producido el conflicto con los pilotos, temerosos de ver afectada su carga de trabajo, pese a que la empresa sigue adquiriendo flota y contratando pilotos para atender su crecimiento.

En línea con esto, el acuerdo también da a la empresa más margen de flexibilidad para ahondar en sus estrategias de diversificación. En concreto, el pacto amplía hasta 15 días los desplazamientos de pilotos a la UE para realizar estos vuelos para otras compañías. El actual convenio solo permite destacamentos de cinco días, lo que reduce la rentabilidad de estos trabajos.

Todo este conflicto se ha solapado con la negociación del convenio colectivo, que ya dura meses. De hecho, la propia empresa ha entendido estas huelgas como una presión para obtener mejoras en el marco laboral. El acuerdo, que estuvo a punto de cerrarse, incluía la recuperación de los salarios. Pero hubo desacuerdos en otras cuestiones de flexibilidad, como la inclusión en el texto por parte de la empresa de dos días libres forzosos que la empresa podría comprar a sus pilotos para atender picos de demanda en verano. En el actual convenio, son cuatro. Sepla quiere eliminar esa posibilidad del futuro acuerdo.

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