Con la temporada de verano y la llegada masiva de turistas a la vuelta de la esquina, las empresas valencianas provocaron un volumen de contrataciones desconocido en un mes de mayo desde hace más de una década, aunque claro, lo mismo sucede con la temporalidad. En mayo se formalizaron 191.567 contratos en la autonomía, la cifra más alta al menos desde 2007, cuando llegó a 174.254, según los datos de Labora, el servicio de empleo de la Generalitat. Se trata, en mayo, de un incremento del 18 % respecto a abril, que coincidió con la Semana Santa, y del 1,82 % en relación al mismo mes de 2018.
Del total citado, 173.863 contratos fueron temporales. Es, como ha quedado dicho, la cifra más alta también al menos desde 2007, cuando se registraron 154.611. En esa década larga transcurrida, solo en 2017 se produjo un dato similar, con 173.418.
El Ministerio de Trabajo hizo públicos ayer, asimismo, los datos del paro. La Comunitat Valenciana experimentó en esta magnitud un descenso de 8.744 personas respecto a abril. Es la bajada más acusada de España tras Andalucía y Cataluña. En relación al mismo mes del año pasado, la disminución fue del 4,76 %, es decir 17.819 desempleados menos, en este caso solo superada por Andalucía y Madrid. Así las cosas, las personas apuntadas en los servicios de empleo en la Comunitat Valenciana bajaron hasta las 356.397, la cantidad menor desde que en mayo de 2008, pocos meses después de que se iniciara la crisis económica global, se llegara a los 255.643. Aún así, el dato de 2019 es casi el doble del número de parados que había en la autonomía en 2007, que era de 193.447. El descenso del desempleo se ha producido en todos los sectores de actividad, aunque con singular incidencia en los servicios (5.776 menos) y la industria (1.285).
En cuanto a la afiliación a la Seguridad Social, esta aumentó en 14.279 en un mes y en 62.776 en el año, con lo que superó los 1,91 millones.
La patronal autonómica CEV precisó que la economía valenciana mantiene todavía altas tasa de crecimiento pero en una senda de desaceleración, por lo que reclamó que las políticas económicas «avancen en el necesario tránsito hacia un nuevo modelo productivo». CC OO-PV denunció «las nuevas formas de esclavitud» y rechazó «naturalizar la contratación precaria», mientras UGT-PV pidió medidas para crear un empleo que no esté «sometido a los vaivenes estacionales».
