El Instituto de Biomecánica (IBV) lidera un proyecto europeo cuyo objetivo principal es hacer "más humanos" a los vehículos autónomos mejorando su respuesta y sensibilidad y haciéndolo más consciente de las necesidades de los ocupantes, peatones y otros conductores.

El proyecto SUaaVE (SUpporting acceptance of automated Vehicle) cuenta con casi 4 millones del programa europeo 2020 y, según ha un comunicado del IBV, diez entidades, más de 4.000 usuarios y 100 expertos participarán en los próximos tres años en el desarrollo de un nuevo vehículo autónomo que incorporará mejoras en ergonomía y aspectos éticos, entre otros.

El vehículo conectado y autónomo es ya una realidad y, a pesar de sus ventajas en cuanto a reducción de accidentes por distracción o inclusión de personas que necesitan un transporte puerta a puerta acorde a sus necesidades, existen reticencias para su incorporación por parte de los usuarios.

Entre otros, los problemas sociales relacionados con la aceptación del público, la conciencia del usuario y la ética se han convertido en preocupaciones prioritarias para fabricantes y administraciones públicas y para abordar esta problemática, el IBV lidera el proyecto europeo SUaaVE.

El director de innovación en Automoción del IBV, José Solaz, ha asegurado que de esta manera se conseguirá "una mayor aceptación del vehículo autónomo al resolver la brecha existente entre tecnología y las necesidades reales de los ciudadanos".

Todo esto será posible mediante una estrecha colaboración entre empresas, universidades y centros tecnológicos, a través de un proceso de diseño que tendrá siempre en cuenta al usuario final del vehículo, conocido como diseño orientado a las personas (HDD).

SUaaVE resolverá esta brecha mejorando las sinergias de las ciencias sociales, la investigación de factores humanos y el mercado del automóvil.

"Se trata de poner a la persona en el eje del desarrollo tecnológico y no a la inversa. Para ello, realizaremos un proceso continuado de evaluación, diseño colaborativo y creación de prototipos que serán probados por los propios futuros usuarios", ha asegurado.

En concreto, más de 4.000 usuarios potenciales del vehículo autónomo (pasajeros, conductores tradicionales y futuros así como usuarios vulnerables) y más de 100 expertos y entidades interesadas participarán en el proceso.

Junto a IBV forman el consorcio las empresas españolas IDIADA Automotive Technology y FICOSA ADAS; el Centro de Investigación de FIAT en Italia; la Universidad de Groningen (Holanda); la Fundación PARTENARIAL MOV'EOTEC, el Instituto francés del transporte IFSTTAR, el Instituto Politécnico de Burdeos y CIVITEC SARL en Francia; y la Universidad Técnica de Múnich (Alemania)