Las familias valencianas que atraviesan una situación más apurada, incluso dramática, mejoraron sus condiciones de vida a lo largo del año pasado. El caso más emblemático es el de las personas que viven en hogares que sufren una carencia material severa, que se quedaron en 2018 en el 2,9 % de la población total de la Comunitat Valenciana. La reducción en el número es considerable, dado que en 2017 ese porcentaje era 4,5 puntos superior, es decir, que estaba en el 7,4 %, según los últimos datos del Institut Valencià d'Estadística. Teniendo en cuenta que la población de la autonomía era de 4.964.000 al cierre del año pasado, ese 2,9 % implicaba que 143.956 ciudadanos de la región padecían la pobreza más severa. Un año antes, los afectados eran 367.336, lo que supone que 223.380 personas salieron de la penuria.
¿Quién sufre una carencia material severa? Pues las personas que viven en hogares donde faltan cuatro de estos nueve conceptos: No tener retrasos en el pago del alquiler, hipoteca, recibos relacionados con la vivienda o compras a plazos; mantener la vivienda con una temperatura adecuada durante los meses de frío; afrontar gastos imprevistos; una comida de carne o pescado cada dos días; ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año; un coche; una lavadora; un televisor en color y un teléfono.
Los menos damnificados por esta situación son los hombres, dado que solo se ven afectados el 2,7 % del total, frente a un 3,1 % de las mujeres y un 4 % de los menores de 16 años. Alicante es la provincia donde la pobreza extrema es porcentualmente mayor, con un 3,2 %, seguida por València (2,8 %) y Castelló (2,5 %). Por comarcas, las más afectadas son el Baix Segura (4,4%), la Marina Alta (4,1%), la Marina Baixa y València (4,0%), mientras que las que presentan valores más bajos con l'Alcoià, els Ports, l'Alt Maestrat, l'Horta Nord, l'Horta Sud y la Vall d'Albaida (2,0%) y la Ribera Alta (1,9%).
Estadística analiza otra categoría de indicador de pobreza: las personas que viven en hogares con carencia material. La diferencia con el anterior es que lo que les falta a los integrantes de la familia son tres de los nueve citados conceptos. En este caso, la reducción es algo más elevada que en el anterior, dado que los afectados representaban al 11,1 % de la población de la Comunitat Valenciana, 5,1 puntos menos que en el ejercicio precedente.
Los datos empeoran cuando se toma en consideración al número de residentes en la Comunitat Valenciana que viven por debajo del umbral de pobreza. En este caso, el porcentaje sube al 22,8 % y la diferencia respecto al año anterior apenas es perceptible:0,1 puntos menos. Las diferencias entre colectivos en este supuesto son mucho más acusadas. Así, entre los hombres, es el 21,1 % del total de ellos que vive en esta situación. El porcentaje sube al 24,4 % en el caso de las mujeres y al 29,7 % en el de los menores de 16 años. A la par que descienden, más o menos, los registros de pobreza, también aumenta la renta media por unidad de consumo. Los resultados de 2018 la sitúan en 15.038 euros, lo que implica un aumento del 4,9 % respecto de los 14.365 del año anterior.
